Pleasure Shelter: EN EL TRABAJO- 1era PARTE

domingo, 7 de noviembre de 2010

EN EL TRABAJO- 1era PARTE

Llegué temprano al trabajo, pero ya había alguno de mis compañeros allí trabajando...La verdad es que no tenía muchas ganas de trabajar, y busqué mil excusas durante toda la mañana para no estar en mi sitio de trabajo.

A punto de terminal mi jornada laboral, cuando apenas faltaban veinte minutos, ya no sabía en que perder el tiempo, y decidí divertirme un poco provocando a un compañero de trabajo. 

El resto de mis compañeros, ya se habían marchado, así que era el momento de juguetear un rato con él, que parecía concentrado en su trabajo. 

Pasé por su lado, moviendo mis caderas de forma insunuante, curvando ligereamente mi espalda para que mis nalgas resaltaran más a través de esa falda estrecha que llevaba. Hice sonar mis tacones a cada paso, para atraer su atención hacía mi. Justo al pasar por su lado, casualmente, mi bolí resbaló de mis manos, y me agaché, sin doblar las piernas, adoptando una postura muy sexual a los ojos de cualquier hombre que se precie, y dejando entrever mis senos por el gran escote que llevaba.

Noté su mirada, noté como deseaba mi cuerpo, noté que por fin era el momento de jugar...Debo confesar que me gusta el jugueteo sexual, provocar la excitación en los hombres, para finalmente dominar la situación y dejarles con ganas de mi, pensando que quizás mañana puedan disponer de mi para sus fantasías, pero que ahora no...

Confieso que hubo algún roce después de esas insinuaciones mías, pero nada que no pueda calificarse de inocente a los ojos de una mujer perversa como yo...Sus manos repasaron mis nalgas, a un milímetro de mi, dibujando su contorno sin llegar siquiera a tocarme, más que en algún momento puntual en que mis curvas le sorprendieron.

Los botones de mi camisa, sin saber como perdieron su ojal, y mis pechos asomaban tersos por encima de mi precioso sujetador, con un movimiento leve de vaivén, insinuando que en cualquier momento uno de ellos podía ser objeto de su vista...


Nada de eso tuvo lugar, tan solo quizás en su imaginación. Yo estaba sentada en su mesa, hablando con él, con mis nalga izquierda sobresaliendo de su mesa, y mis pechos a la altura de sus ojos, puesto que él seguía sentado, sus ojos como platos incapaces de mirar a los míos....

Mi voz dulce, insinuante, le hablaba de una tarea que llevábamos en común, con cierta gracia me abstraía de mi provocación, para aumentar la tensión sexual que le estaba provocando...

Se aventuró a ofrecerme algún que otro piropo que acepté con gusto...pero sin mostrar haberlo percibido.

Mi actitud altiva le ofrecía mi cuello, esperando que deseara morderlo, lamerlo....y mi imaginación jugaba con la imagen de que me hiciera suya en esa misma mesa.



Cuando pensé que ya estábamos solos, le dije: "mi niño, en que piensas?"

"En hacerte mía", respondió él con cierta cortedad.

Su teléfono nos interrumpió, y allí me esperé hasta que terminó su conversación, que fue breve, tan solo oí un : "de acuerdo, ahora se lo comento".

- ¿A mi? ¿el que?, le pregunté.

No se, me ha parecido muy raro... Me ha dicho Juani (para los que no lo sabéis, es la recepcionista de mi empresa), que ha venido un señor diciendo que te había venido a buscar por sorpresa para ir a comer, pero que ya había visto suficiente, y que te dieran un mensaje. 

En ese momento mi corazón se paró, mi sangré se heló, esperando lo que a continuación venía.

- ¿Que mas te ha dicho Juani? dímelo por favor.
- El mensaje de este señor era extraño, ha dicho: "Tu amo te espera en la sala. Prepárate".

Me levanté de inmediato de aquella mesa. Aproveché mi blusa, me coloqué el pelo como intentado recobrar la compostura perdida. No entendía que hacía allí mi Amo, no entendía como se había atrevido a presentarse allí y decir que era mi Amo, eso era mi vida privada, no tenía derecho a ello.

Me sentí herida, avergonzada, pero sin mediar palabra me dirigí a mi sitio de trabajo, temblando al recordar en mi mente una parte de esas palabras que me turbaban: "pero que ya había visto suficiente", ¿que significaba eso?,¿que habría visto?...no me podía haber visto juguetear con Andrés, no podía ser, habría subido a buscarme hasta mi oficina?¿porque no me dijo nada?¿se habría quedado allí todo el rato?...Sentí miedo, un miedo aterrador, y un dolor en mi corazón por haberle fallado, yo era suya, era su esclava y solo El podía cederme a otros...

No se cuanto tiempo pasé con la mente perdida en mis miedos, pero de nuevo un teléfono me sacó de ese estado. Por inercia lo cogí, y contesté como solía hacerlo: "departamento de compras buenos días, dígame".

La voz de Juani sonó, para recordarme que mi Amo me esperaba y tenia un nuevo mensaje para mi, que Juani dió de forma textual: "Perra, no te concederé segundas oportunidades".

Inmediatamente, salí de mi despacho, corrí como alma que lleva el diablo dentro, y me encontré ante esas palabras delante de la puerta de la sala de visitas, donde se suponía que estaba mi Amo esperándome.

Era una sala discreta, para reuniones privadas con clientes, en la que tan solo había una mesa en el centro con un teléfono y unos cuantos folios en ella. Alrededor unas cuantas sillas y al fondo de la sala, un pequeño sofá blanco de dos plazas. Una única puerta de manera comunicaba con el resto de la oficina. No había ventanas en ella, ni al exterior ni a las oficinas. 

Por esto, pensé que mi Amo no podía saber que yo estaba detrás de esa puerta temerosa de su severidad, sin decidirme a entrar. Una vez más me equivoqué, cuando la puerta se abrió delante de mi, de manera rápida, y sin poder apreciar siquiera sus ojos, me vi arrastrada al interior de esa sala. Cogida fuerte del pelo, que tenia recogido en una coleta alta, me condujo medio agachada al sofá que había en la sala. 

Ese sofá, en condiciones normales, está pegado a una de las paredes, pero había sido separado de ella, y yo me encontraba ahora, reclinada sobre el respaldo, por la parte de atrás del sofá.

Me hizo separar las piernas, y los brazos y esperarme en esta posición con la mirada baja....oí que trasteaba alguna cosa, y en dos minutos estaba de nuevo conmigo. Sin hablarme, cogió mis manos y pies, y con el cable del teléfono me ató al sofá en esa posición.

Levantó mi falda, y me arrancó mis medias y mi ropa interior. Allí me tenia, en esa posición que tanto me humilla, ante mi Amo, al que ni siquiera había sido capaz de mirar. No había oído su voz, ni una palabra para calmar mi alma.


Mi Amo nunca me habría puesto en un compromiso similar, en mi puesto de trabajo, si no hubiera visto realmente lo que había ocurrido con Andres. Había herido su ego. Soy su esclava, le pertenezco y le había fallado.

Estaba segura de que recibiría un severo castigo por mi falta, y que además sería en breve, puesto que allí me tenía, a su disposición, con mis nalgas y mi sexo a su servicio, como se supone que debe estar siempre, y como se supone que hace unos momentos lucía con quien no es mi Amo.

Todo arrepentimiento era inútil en esa posición, ya no servían de nada las lamentaciones ni las quejas. No podía darle explicaciones ni me las iba a permitir, por lo tanto, solo podía esperar su castigo y confiar en su benevolencia y compasión, si es que en ese momento quedaban pizcas en él.




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