Humillación/Sometimiento.

El tema que quiero compartir hoy es bastante peliagudo, y considero que lo es porque es algo que siento y por lo tanto temo no encontrar las palabras adecuadas para hacer comprender ese sentimiento, pero como no puede ser de otra manera, si no lo intento, seguro que no lo consigo...

Sé que si nos basamos en las propias palabras, humillación y sometimiento, pueden ser idénticas, sinónimas, pero, para mí, por las connotaciones personales que yo le adjudico a cada una, son completamente distintas. Ya digo que es algo personal y que muchos, por supuesto, no estaréis de acuerdo para nada, y me gustaría también conocer esas opiniones contrarias.

Quizás sea un simple gusto por usar una palabra u otra, y realmente son iguales, pero como no lo es el sentimiento que adquiero con el concepto que le doy a cada una, ante el que siento cosas completamente distintas y contrarias entre sí, no puedo menos que diferenciarlas en mi mente.

Intentaré explicarme...

He elegido un camino donde mi propia elección me lleva a someterme, pero, para mí, no a que se me humille. 

Someterme (insisto, para mí) significa reconocer en mi interior el deseo de estar por debajo de esa persona en unos ciertos aspectos, y me surge ese deseo o necesidad al comprobar su supremacía sobre mí. Una supremacía motivada por aspectos personales que admiro y valoro y que son imprescindibles para que yo desee permanecer sometida a esa persona. Tiene que demostrarme, si si, demostrarme, que su poder es real sobre mí, que no actúa, y necesito sentir ese poder, es algo mental, algo que hace que sienta que por todas esas características indispensables para mí, mi sitio es el que he elegido. 

Contrariamente a lo que puede pensarse, no se trata de que esa persona esté constantemente demostrando, y ahí es donde reside para mi la diferencia con "humillar" mostrando su poderío mediante actos o palabrería, poniéndome en mi sitio mediante menosprecio verbal o físico. Soy consciente que mucha gente necesita sentirse humillada, que de este camino les motiva muchísimo ese tipo de prácticas, que admiten y disfrutan verdaderas humillaciones, pero para mí, aunque admiro esa capacidad de disfrutar de ese acto, es incomprensible.

En esos momentos, cuando yo siento que mi ser es menospreciado (aunque sea en el juego) me bloqueo y lo único que se consigue de mi es rebeldía, es rabia, furia y descontrol.

Yo me someto por respeto y admiración, porque la integridad y valores de esa persona desarrollan en mi de manera interior la sumisión. Necesito que esa persona me respete, que sienta importante mi entrega, que no me vea como un ser sin valor y que me muestre con sus actos que es digno de mi sometimiento. 

Quizás sea una persona muy exigente con los demás, confieso que en ocasiones en exceso, pero también lo soy conmigo misma y por lo tanto suelo pedir lo mismo. Sé que es difícil conseguir que me someta pero cuando se consigue, cuando realmente he visto y sentido esa supremacía, desde mi interior, lo mantengo, porque es algo real, algo que siento así y no suele cambiar si la otra persona también está actuando desde su propia realidad y no está manteniendo una pose.

Una vez que me he, o mejor dicho, me han sometido, lo que significa que confío mi ser a esa persona, evidentemente, me postro ante esa persona cediendo cuerpo y mente para ser usada a su conveniencia, sino no estaría en este camino de D/s. Disfruto de actos de sometimiento tanto físicos como mentales, pero jamás con una base de menosprecio ni degradación personal, sino mas bien todo lo contrario, someterme a esa persona me hace sentir grande, hace que disfrute de lo que siento sin temor, porque me siento respetada, valorada y querida.

Como os he comentado, son tan solo connotaciones personales, pero así lo siento y así lo vivo.

Estos pensamientos, me han llevado en esta noche a pensar en la importancia de conocer a esa persona que quieres hacer tuya, de tomarte el tiempo necesario para ir desgranando todas estas cosas. Muchas veces se va con el "turbo" puesto, actuando, con demasiadas prisas, por el simple hecho de ser Amo con unas premisas personales, pero creo indispensable, si lo que pretendes es recorrer el camino D/s con esa persona (no hablo de sesiones aisladas), conocer para así poder guiar.

Evidentemente no me refiero a que el Amo deba amoldarse a la sumisa, cambiando su criterio, eso iría en contra de lo que creo es la D/s, pero si creo en la adaptación mutua de dos personas. Si el Dominante quiere guiar a esa sumisa, debe conocerla para poder saber sus límites, como entiende las cosas, lo que le bloquea y lo que le motiva. Sino veo imposible llegar a buen puerto.

A mí, por ejemplo, el como se usen las palabras, aunque lo que se diga sea lo mismo, puede conquistarme o alejarme por completo. Por supuesto, se me puede decir todo, y aún más por supuesto, que mi Señor me tiene que decir las cosas como son, y muchas veces son crudas y difíciles de digerir. No es cuestión de maquillar o no abordar directamente las cuestiones, es cuestión de como se aborden. 

Si lo que se pretende es mi avance, es mi motivación para que paso a paso me acerque a su forma de entender la entrega, para que aprenda a complacerle y disfrute de esto, porque al final se trata de ser feliz, no de ser una desgraciada, debe conocer como hacerlo. Evidentemente, no seamos tampoco caraduras, yo  me esforzaré por comprender, me arriesgaré en probar cosas nuevas para avanzar (muchas veces sin comprender) pero si se me habla en un idioma que no comprendo, sinceramente tardaré muchíiiiisimo mas en avanzar, y puede que, debido a la constante frustración que el "no avance" puede generar, acabe abandonando algo que de lo contrario, con un poquitirritin de esfuerzo por la otra parte, podría ser maravilloso (para ambos).

Tengo infinidad de temas que mejorar, de luchas que mi Señor pone en el camino. Siento confusión, temor, incertidumbre y desorientación como todo ser humano, pero el hecho de que mi Señor se haya tomado tiempo, y siga haciéndolo porque como soy complicaita tiene curro pa años (jijiji), hace que me haya sometido de una manera que jamás pensé conseguir. He visto en Él esos valores que me hacen admirarle, respetarle y amarle y no solo le hacen digno de mi mísera entrega, sino que me hace a mi "no digna" de su gran guía.

Su respeto, su saber estar, y su trato siempre impecable hacia mí (que no permisivo), me motiva en mi camino, me hace sentir segura y aunque, para nada es sencillo, me hace desear cada día estar sometida a Él, seguir avanzando y enfrentarme a todos aquellos retos que desee plantearme para, por supuesto, vivir sintiéndonos satisfechos y llenos de ser el complemento uno del otro, al fin y al cabo, ¿que es si no la unión Amo-sumisa?

Feliz dia a todos!

Besitos!