Pleasure Shelter: Miedo al miedo...

martes, 31 de enero de 2012

Miedo al miedo...

Creo que el peor miedo que he tenido es el miedo a tener miedo, y aunque parezca una locura lo he sentido más de una vez, incluso llegándome a asustar más que el propio miedo...


He pensado últimamente en el miedo, y aunque muchos renegamos de él, o nos creemos débiles por el simple hecho de sentirlo, debo decir que en muchas ocasiones es de gran utilidad.

No me refiero aquí al miedo irracional derivado de suposiciones o ciertos estados mentales alejados de la realidad, sino de miedos reales, con cierto fundamento.

Es un tema que me resulta algo difícil de abordar, y que no sé si seré capaz de expresarme para que pueda comprenderse, pues como suele ocurrirme, tengo pinceladas en mi mente pero me es complicado reflejarlo.

Me gustaría hablar de dos miedos en concreto, aunque imagino que habrá muchos más, y se trata de dos miedos a los que me atrevo a llamar como miedos positivos.

El miedo que avisa. A veces, imagino que os habrá pasado más de una vez que, ciertas experiencias en la vida, van dejando huella, y poco a poco, en nuestra mente se forma una correlación de situaciones que pueden llegar a causar dolor, porque así lo hemos experimentado. Cuando nos encontramos ante una situación que se asemeja, aunque sea en algo ínfimo, a eso que nos causó sufrimiento, aparece el miedo, ese estado que nos recuerda que de seguir podemos volver a sufrir. Es un miedo que nos avisa, nos mantiene alerta y por lo tanto, es una alarma ante un posible peligro.

A partir de ahí, dependiendo de nuestro espíritu aventurero o del premio que esté en juego, decidiremos arriesgarnos o no, pero en nosotros ya residirá la conciencia necesaria para asumir el posible riesgo.

El miedo que previene. Este lo estoy experimentando desde hace relativamente poco, y surge cuando disfrutamos o poseemos algo que consideramos de un gran valor, y nos planteamos, de manera innata el dolor que causaría si no lo tuviéramos. Cuando lo sentimos nos previene de la posibilidad de perderlo y hace que directamente adquiramos consciencia del valor de lo que tenemos y nos hace actuar con precaución para evitar su daño o perdida.

Por supuesto, no debemos dejar nunca que el miedo nos anule, pero tampoco deberíamos intentar anularlo nosotros a él, ni negarnos a escucharle, porque como todo, creo que cumple una función, siempre que se mantenga en su justa medida.

Como me dijeron una vez el valiente no es el que no tiene miedo, sino el que es capaz de enfrentarse a él.

Estoy aprendiendo a escucharlos, a conocer de donde derivan para ver si quiero hacerles caso o por el contrario, tomo nota pero...me lanzo a ello...

El miedo me ha salvado de meterme en más de un embrollo, pero también, de haberle hecho excesivo caso, me habría hecho perderme cosas maravillosas... así que volvemos a lo de siempre....el maldito equilibrio!!!

No os mareo más...perdonad la caótica reflexión de esta noche...seguiré pensando en ello...me apasiona poner mi neurona a trabajar....jijij

Un besito y dulces sueños.

2 comentarios:

  1. Me ha encantado esta entrada, no sólo por tu forma de escribir, que lo haces muy bien, sino porque te hace pensar que por esas dos clases de miedos pasamos todos... además en estos momentos me ha venido muy bien leerla, así que mil gracias por ello.
    Por cierto, sigues pareciéndome muy valiente, te lo dije hace poco y lo vuelvo a decir... tus palabras no sólo desprenden aquello que sientes sino mucha valentía... por suerte o por desgracia soy muy cabezota y no creo que deje de pensar eso jeje
    Un beso grande

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueeeeeeenoooooooooo....pos estamos apañadas....dos cabezotas juntas!!!!jijijijiji jijiji.

      Pero mira...me pillas de buenas y algo flojilla así que....TU GANAS!!!!juuuuuas...

      Me alegro que te guste mi forma caótica de expresarme...y mas si como dices te ha venido bien!!!!


      Besito guapa! Hasta prontin...

      Eliminar