Pleasure Shelter: Sanción

viernes, 9 de marzo de 2012

Sanción


Ayer no pude expresarme porque estaba demasiado enfadada conmigo misma. Sé que debo aprender a aceptar mi humanidad y perdonarme, pero cuando soy plenamente consciente de que he cometido un fallo, y más como en este caso, que no es por desconocimiento o porque el tema al que me enfrento suponga un gran reto, sino por mi propia dejadez, me enfado, me enfado mucho y creo que tengo motivos para ello.

Sé que hay quien piensa que me exijo en demasía, que no me paso una y que me menosprecio. Yo no lo veo así, o quizás es que mi carácter es extremadamente exigente, pero si tengo clara mi decisión debo ser consecuente y no serlo es, para mí, una traición a mis propios principios.

El caso es que en esos momentos, cuando reconozco el error, siento una necesidad de ser sancionada, aunque otra parte de mi desearía escaquearse del castigo. Imagino que es cobardía porque aunque sé que existe ese tipo de sumisa que busca el placer mediante el castigo, no es mi caso.

Yo, si deseo placer,  tengo muy claro que no lo voy a obtener mediante el fallo, todo lo contrario. Si cumplo con mis obligaciones, realizo mis tareas y soy fiel a mis máximas, podré disfrutar del placer de manos de mi Señor. Un placer de diversa índole, porque para mí,  vivir mi sumisión no es solo el gozo del sometimiento físico, sino que hay infinidad de sensaciones, a veces derivadas de pequeñas concesiones o detalles de mi Señor, que me hacen ser feliz perteneciéndole.

El tiempo y la paciencia da el conocimiento mutuo y ambos vamos conociendo nuestros límites y nuestras necesidades. Mi Señor me enseña como ser una buena esclava para Él y yo voy aprendiendo que actitudes le desagradan y le decepcionan de mí y cuales le reportan satisfacción y orgullo.

De ese modo, conociendo Él también mi forma de ser, mis temores, necesidades y anhelos puede guiarme para avanzar en nuestro proyecto común.

Para nosotros un correctivo es eso, algo que se aplica ante un mal acto para ser recordado a posteriori y que ayude a no volver a cometerlo, por eso, los correctivos (castigos como suelen llamarse, aunque no es un nombre que a mí me guste demasiado), no son fáciles ni mucho menos placenteros.

Quizás sea complicado de comprender, porque el límite entre el placer y el correctivo puede no estar definido del todo, porque un mismo acto, según la motivación que lleve a ello puede resultar placentero o doloroso.

Intentaré explicarme, aunque creo que no es la primera vez que hablo de ello. Por ejemplo, los azotes de parte de mi Señor, pueden ser un regalo o un correctivo. Si recibo esos azotes para placer de mi Señor, para compartir ese momento íntimo de la sumisión de mi cuerpo y mi mente, gozo  de esa entrega. Si en cambio, lo recibo desde la decepción de mi Señor, para nada disfruto de ello, a parte claro está, de la esperanza de que con ello, recibiré el perdón y la oportunidad de continuar avanzando.

Creo que la base es el propio orgullo con el que me enfrento a ello. Si es como regalo me siento plenamente orgullosa de mi entrega, de estarle cediendo mi cuerpo para su placer y de paso, del mío. Si es como correctivo, no me siento nada orgullosa de mi misma, justo al contrario, estoy avergonzada y arrepentida y ese componente mental define por completo el momento.

Creo que un buen Amo, se preocupa de conocer a Su esclava, y le aplica las sanciones para corregir una actitud, no para su propio placer o el de ella, pues esto llevaría al efecto contrario, a obligar a la esclava a realizar malas actitudes para conseguir de este modo placer.

Para mi es altamente confuso y creo necesario que la persona sometida sepa con claridad que actitudes le están permitidas y son por ello premiadas y cuales son rechazas y serán sancionadas. De este modo permanece todo en su sitio y se evita la excusa de “estaba jugando a la niña mala”. 

Por supuesto sabéis que respeto todas las opciones, y que considero que los acuerdos entre las partes son puramente personales. Solo doy mi opinión a partir de mis necesidades y mi propia experiencia.

En este caso, fui privada de un placer en el preciso instante de ser conocedores del fallo, y como recordatorio extra, hoy debo someterme a un correctivo.

Desde que conocí la sanción a la que deberé someterme hoy, las sensaciones están completamente mezcladas en mi interior. Mi mente siente la necesidad de someterse a ello para resarcir a mi Señor y para sentirme yo mejor sabiendo que mi fallo será sancionado y deseo hacerlo cuanto antes. Esta misma también se agita de temor al saber de antemano que no será fácil, que no debe serlo si se pretende que sea un buen recordatorio, y deseo hacerlo cuanto mas tarde mejor.

Mi cuerpo, en cambio, solo se comporta de un modo, es quizás mas inteligente que mi mente? Esta exento de temores? Reacciona sintiéndose excitado, deseoso de entregarse y mostrarle a mi Señor que es capaz de sufrir el correctivo con alta dignidad.

Mi Señor confía en mí, a pesar del error cometido, Sus palabras de apoyo me dan fuerza para ser capaz de someterme y con ello continuar aprendiendo a ser Su esclava.

Lo haré mi Señor, sabes que pondré todo mi empeño por resarcirte, dejando mis temores de lado para ofrecerte hoy mi sumisión acatando con agrado Tu sanción, esperando con ello no olvidar jamás que lo primero debe ser cumplir con mis responsabilidades como Tu sierva, porque esa es mi obligación y mi deseo.

2 comentarios:

  1. No sé que más decirte, además de lo que te digo siempre, me gusta mucho como escribes y te expresas, con cada palabra demuestras un sentimiento de entrega hacia tu Amo y un afán de superación como persona y como sumisa de tu Señor.
    Ya he dicho muchas veces que no sé mucho y que soy muy novata, pero desde mi punto de vista dice mucho de ti el que sepas y aceptes que mereces un castigo y que sepas que pasar por eso te hará crecer un poquito más.
    Bueno que me enrollo y no hay quien me pare =)
    Un besazo preciosa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buenas noches cielo...
      Sabes que puedes decir cuanto desees, no tienes porque cortarte, estas en tu casa...
      Muchas gracias por las preciosas palabras que me ofreces siempre, es un placer ver como te sumerges en mis reflexiones y sentimientos y extres de ellos tus pensamientos...me gusta mucho...
      Aprovecho para decirte, que yo tambien soy novata, no creo que lleve en este apasionante mundo, por lo que he podido leer en tu blog, mucho mas que tu, pero aunque así sea creo que en realidad tampoco importa mucha, porque lo que importa es sentirlo, es llevarlo dentro y saber cual es el lugar que deseas ocupar...
      Lo demás, la paciencia, la dedicación y las ganas te lo conceden. Pasito a pasito, sin prisa pero sin pausa...así al menos es como yo lo veo...

      Me queda infinito por aprender, apenas estoy gateando pero disfruto con cada intento, con cada logro y aprendo de cada fallo, que te aseguro que son muchos...

      Un beso preciosa y espero seguir contando contigo en el refu

      Besin

      Eliminar