Pleasure Shelter: ¿Es esto lo que buscabas?

lunes, 7 de mayo de 2012

¿Es esto lo que buscabas?


Llevaba mucho rato sintiéndome algo inquieta, nerviosa, y algo irascible, pero controlaba, o eso creía, esa sensación porque sabía que no había causa ninguna para ello. 

Mis respuestas eran cortas, casi de telegrama, porque temía que mis impulsos me hicieran hablar más de la cuenta y que saliera ese ímpetu que debía contener.

Creo que mi Señor lo notó, porque se fue a hacer sus tareas prácticamente sin decirme nada, pero con millones de señales que me deberían haber hablado pero que no quise observar, las cuales me avisaban que esa actitud no me iba a llevar a nada bueno.

Así me sentía, y me creía en el derecho de tener un día así, escudándome en decir…”todo el mundo puede tener un mal día”, cosa que me daba más coba para mi malhumor. Mi conciencia me decía que no debía, que si no hay motivos y soy yo misma la que lo alimento, debía abandonar de inmediato esa actitud, pero no, no lo hice, parece que deseaba estar así, porque si…

Desgana, malos modos y gestos exagerados eran los que mostré durante toda la mañana, quizás como una necesidad de llamar la atención, buscando tal vez eso que mi cuerpo necesita tanto…

Oí Su voz decir, “arréglate nos vamos a comprar”. 

En un primer momento, las palabras que pasaron por mi mente fueron “yo paso, vete tu”, pero antes de decirlas ya me sonaron fatal, asi que sentí ese calor interno y el rubor subió a mi rostro de inmediato.

  • ¿Qué sucede esclava?¿porque escondes tu mirada?
  • Por nada mi Señor…
  • Bien entonces, vístete que nos vamos.


Me sentí avergonzada y aliviada a la vez de que no siguiera preguntando, aunque tenía clarísimo que no había colado, pero no deseaba en ese momento saber más. Fui rápido a arreglarme para no hacerle esperar, y nos fuimos al super en el coche.

Seguía manteniendo silencio, cosa rara en mí, y sentía su mirada mientras me hacía la distraída mirado por la ventana, sintiendo mi corazón latir muy rápido, y unas ganas intensas de mirarle suplicando que me ayudara a ponerme en mi sitio, pero no era el momento, no soy yo quien elige mi doma y así mantenía mi lucha interior entre la gata salvaje que soy y la esclava que deseo ser.

Buscamos sitio vacío en el aparcamiento exterior, y después de rato buscando, encontramos uno justo al lado de las motos, pero le dije que no aparcara allí, es un sitio que siempre me da cierto miedo, porque por poco que te despistes, sueles tener problemas.

No había otro lugar y ya llevábamos mucho rato buscando, asi que me bajé para indicarle, pero…ZAS!...tocó la moto, aunque no pasó nada.

Se bajó con cara de decir…”pero no tenias que indiacarme?” pero no lo dijo al ver que no había sucedido nada.



En cambio yo, al ver que había tocado, toda la tensión que llevaba salió: “ Me cago en la puta, joder, ¿es que no mirabas lo que te decía? ya sabía yo que la ibas a liar, vaya mierda…”


Se acercó a mi muy lentamente, cogiéndome del brazo me susurró al oído: “llevo toda la mañana aguantándote, vamos a comprar y luego te explico”.




Mi cuerpo no me reaccionaba, no sabía apenas caminar, sintiéndolo muy cerca de mí, pues me llevaba abrazada por la cintura mientras mis ojos se centraban en las baldosas del suelo, siguiendo el dibujo que iban trazando.

  • Levanta la mirada, la vergüenza debes tenerla antes, ahora es tarde.
  • Mi Señor, es que…
  • No hay “es que” que valga, muchas señales has tenido, si no quieres escucharlas no me hagas responsable de ello. Céntrate ahora en comprar lo que necesitamos y después ya tendrás la respuesta a tu actitud.
  • Perdóname, por favor…
  • ¿Vas a seguir?
  • No mi Señor…


No sé cómo explicaros las sensaciones que recorrieron mi cuerpo, y los pensamientos que en mi mente albergaba. Tenía calor y frío a la vez, vergüenza y aún cierto orgullo que me rondaba, temor y deseo, instantes de aceptación y remordimiento y otros de rebeldía.

Veía como observaba mis luchas, como si estuviera dentro de mi sintiendo lo mismo que yo sentía, porque Su cuerpo reaccionaba en consonancia a mis sentimientos. Se ponía más firme, autoritario e imponente cuando mi ser sentía rebeldía y en cambio veía esa mirada de orgullo al sentirme dominada por Su presencia y deseosa de someterme.

Fue una conversación sin palabras, solo gestos, miradas y nuestro interior nos unía, sin necesidad de decir nada, los dos sabíamos perfectamente que había sucedido, que estaba sucediendo y que iba a suceder a la llegada a casa.
  • ¿Nada más nos falta, no?, me dijo...
  • Emmmm…si algo si…seguro nos dejamos algo…
  • No va a colar mi sierva…
  • Nada más mi Señor…


En la cola para pagar vi su sonrisa perversa por el rabillo del ojo pues me sabía temerosa y sentía ese poder que le otorgué para que me domara al entregarme. Era pequeña en su presencia pero debía comportarme con normalidad ante la ajena mirada de los demás.

Una vez cargada la compra en el coche, al sentarme en mi asiento, sentí esa mezcla entre excitación y temor que tantas otras veces he sentido, la cual se acrecentó cuando Su mano se posó entre mis piernas y supe que vería mi humedad.
  • ¿Es esto lo que buscabas con tu actitud? ¿Querías sentir mi poder esclava? ¿Me pones a prueba para esto? Pues disfrútalo mientras puedas…
No dije nada, solo bajé la mirada…
  • ¿No tienes nada que decir ahora?sería mejor que respondieras a tu Dueño…
  • Si mi Señor, buscaba que me pusieras en mi sitio, sentía esa necesidad hoy…
  • Bien, que así sea pues…

Llegamos a casa, me ordenó colocar la compra e ir a Su lado cuando todo estuviera listo.
  • Desnúdate esclava.

Sentia la emoción y el deseo crecer y cierta prisa por sentir su dominio. Deseaba una sesión, quería que dedicara Su tiempo a mi doma, quería notar sus manos acariciando y azotando mi  cuerpo, quería que goteara cera sobre mi blanca piel, que las cadenas ataran mi cuerpo para que fuera usado, que el calor de su cuerpo me llenara por completo, y así miles de fantasías se acumulaban en mi mente, sabiendo que había sido una mala esclava y merecía una dura lección.


En esos pensamientos estaba cuando sentí sus manos indicarme que doblara mi cuerpo, agachara mi cabeza y mostrara mi sexo. Sentí algo introducirse con fuerza dentro de él, y seguido mi ano fue también ocupado con firmeza.

Erguida ya, abrochó las hebillas a los costados y dándome un fuerte azote en mis nalgas dijo : “ya estas lista. Esta será tu indumentaria hasta que yo lo indique, y nada más tendrás de mí. Quiero que sientas tus agujeros invadidos, pero no será por tu Señor, tal y como deseas, pues no voy a someterme a tus caprichos, y vas a tener claro que con tu mala actitud no vas a conseguir nada de mí. ”


Me quedé impactada, pero sabía que tenía razón en lo que decía, y decidí simplemente dar las gracias y obedecer.

Durante toda la tarde, mientras hacía las tareas de casa, esa fue mi única indumentaria, y a medida que pasaban las horas la incomodidad se hacía más patente y la conciencia de mi fallo aún mas dolorosa.

No entiendo porque actué así, porque no fui sincera desde inicio y mostré directamente mi necesidad a mi Señor, aceptando lo que Él hubiera decidido ante mi demanda, y en cambio opté por intentar sacarle de sus casillas para que fuera El quien sintiera la necesidad de someterme…

A veces me creo más lista que El, intento dominar la situación a mi antojo y sacar de ello mi propio beneficio.

Tuve el pago por mi osadía, pues nada obtuve de mi Señor, que durante toda la tarde ni siquiera me prestó atención absorto en sus aficiones.

Despues de cenar, como solemos hacer siempre, me senté a su lado en el sofá para ver un rato la tele, pero con un simple gesto me indicó que hoy me sentaría en el suelo.

A Sus pies, abrazada a sus piernas, sintiendo como el duro suelo me empalaba con rudeza al empujar los dildos hacia mi interior, supliqué con la mirada, y aunque sé que me veía no deseaba cruzarla conmigo.

Reclamé su atención por métodos poco sinceros e indignos de una esclava, y obtuve justo lo contrario a mis deseos, haciéndome aprender que mi Señor no está dispuesto a consentirme ese tipo de actitudes.
  • Vamos a dormir, dijo.




Pensé que me iba a dejar pasar la noche así, pero una vez en la cama, sentí sus manos desabrochar las hebillas, mientras mis lágrimas resbalaban por mis mejillas y por fin me regaló su mirada mientras lentamente sacaba de mi interior los elementos que aquel dia me habían domado.




  • Lo siento mi Señor, deseaba sentirte…. Gracias por enseñarme…
  • Adopta la posición.


De inmediato puse mi cuerpo en mi posición, y sentí repetidamente la mordedura de la fusta, con firmeza, echando de menos, la caricia de vez en cuando de Sus manos, como suele hacer para comprobar mi piel y darme fuerzas para continuar.

Lloraba de arrepentimiento más que de dolor pues sabía que había causado en Él decepción.



Cesaron los azotes, me abrazó con fuerza y dijo: “sabes que te quiero esclava, pero no te lo voy a consentir. Sabes bien el sitio que ocupas, el que tú has elegido. No me pongas a prueba por favor”.

              • No mi Señor, gracias por domar a esta sierva que desea servirte como mereces.
              • Descansemos ahora, ha sido un día duro para ambos, no pienses más en ello, ya has sido aleccionada.
              • Si mi Señor, que descanses.
              • Dulces sueños, mi sierva
              • A Tus pies, mi Señor.

10 comentarios:

  1. Es complicado someterse cuando la necesidad, el orgullo o la rebeldía sin causa se presentan en nuestra cabeza, dominando nuestros actos. Por suerte, es un estado pasajero. Lo mejor es sincerarse en el momento oportuno para no empeorar la situación. Él sabrá escuchar, comprender y ser paciente.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es complicado someterse siempre, pero tambien, si asi se siente, reporta un gran placer...asi que hay que seguir mejorando...

      Besitos!!

      Eliminar
  2. ¿Sabes? Me ha encantado leerlo.

    A veces nos puede el orgullo, o simplemente el capricho. Pero... si estamos a los pies de la persona adecuada, es una delicia siempre.

    Besos y mis respetos a tu Señor.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuenta cuenta....porque te ha encantado leerlo? no me dejes con la intriga....jijij

      Besitos

      Eliminar
  3. ES TODA UNA LECCIÓN LA QUE HAS RECIBIDO,,, PERO PARA ESO SON LAS LECCIONES, PARA APRENDER, APRENDER Y APRENDER...
    UN BESAZO DANA!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De todo se aprende, pero no todo es lo que parece, asi que...mejor no te lo tomes todo al pie de la letra....jijiji

      Un saludo

      Eliminar
  4. Me han encantado como has descrito cada momento del relato, porque has conseguido que viva contigo ese día. Todas las personas, tenemos momentos de "rebeldía" todos tenemos malos días... Es cierto que es mejor avisar de ello, ante las consecuencias que puedan acarrear, pero también lo es, que no siempre lo vemos claro o sabemos salir de ese ovillo de lana que nosotros mismos nos formamos en la mente, hasta que se nos lecciona. Somos seres humanos, y los seres humanos, no somos perfectos, gracias a Dios!
    Un besazo, he recordado algo que aprendí gracias a tus letras.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida al refu tenessa, es un placer contar con tu visita...

      Los relatos a veces ayudan a centrar el pensamiento, pues a medida que se escribe sueles ir viendo y sintiendo...y si a los que me leeis os causa algun tipo de emoción pues aún es mas agradable para mi...

      Me alegra que te haya recordado algo aprendido...

      Un besito y espero tenerte prontito de nuevo por aqui.

      Eliminar
  5. Me ha encantado, es más he disfrutado cada línea.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho que así sea, es un placer hacer disfrutar con mis pobres palabras...

      Un cordial saludo

      Eliminar