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No siempre he sido consciente como lo soy ahora del beneficio que reporta tener a alguien velando por mi  aprendizaje.

Es cierto que mi lugar no está exento de trabajo, que se me exige cierto rigor en mis actitudes y por supuesto, ser consecuente con la decisión que tomé al entregarme.

No puedo negar tampoco que es complicado en ocasiones abarcar los cometidos que se me encomiendan, pero no puedo evitar pensar, en la suerte que tengo de que alguien se encargue de observarme, de estar pendiente de mis necesidades personales, para ir viendo que temas son los que necesito ir trabajando.

Está claro que para que alguien se ocupe de la guía de otro es imprescindible la sinceridad y confianza por ambas partes, para crear ese vínculo, en el que cada vez es más sencillo ir trazando la tabla de ejercicios adaptada a las necesidades particulares, según el potencial y las deficiencias.

Muchas veces nos quejamos, y me incluso la primera, por lo arduo que resulta cuando nuestro "personal trainer"  (que no se me ofenda nadie por el símil) nos presenta una nueva hoja de trabajo, o decide modificar alguna de las rutinas establecidas, pero si lo pensamos con algo de calma nos daremos cuenta de la fortuna que tenemos.

Yo al menos, al haber puesto mi entrenamiento en manos de mi Señor, me despreocupo de ver aquello que toca trabajar en cada momento, y aunque siempre tengo la oportunidad, en un momento u otro, de expresarme con libertad y mostrar aquello que me gustaría mejorar, o aportar algún método que quizás pueda resultar de utilidad, no soy yo la encargada de evaluarme ni me debo preocupar por decidir aquello que será mi tarea a partir de cierto momento.

Tengo mis metas siempre definidas, y los métodos estipulados para trabajarlo. Si soléis estar por el refu de vez en cuando, sabréis que me gusta mucho darle vueltas a esta loca cabecita mía y que me gusta pensar en nimiedades, pero que me hacen valorar los esfuerzos que quien me guía hace para enseñarme.

No voy a entrar a valorar lo que a mi Señor le reporta, que sé seguro que lo hace pues me lo muestra, sino que me centro en esta ocasión en mi misma, y en el hecho de la generosidad que demuestra al dedicar Su tiempo por mi evolución, porque es algo que me llevaré siempre conmigo, y que no solo sirve para mi entrega a Él, sino para mi día a día.

Sé que yo doy mucho curro, soy complicaita...y muuucho, pero...¿no os habéis parado a pensar nunca cuanto se debe dedicar para guiar a una persona hacia su mejora personal? ?y no es esto de agradecer?

Yo sinceramente, no podría ni conmigo misma como para embarcarme en guiar a alguien más...me resulta completamente increíble esa capacidad...

Mi Señor, agradezco Tu atención, que estés pendiente de mis desvíos, de centrar mi actitud y mostrarme el trabajo que debo realizar para mi crecimiento, estando siempre bajo Tu atenta  y necesaria supervisión.  

Pido disculpas por mis reticencias, por las dudas que haya albergado en mi corazón movida por mis miedos, por tantas veces que no creí ser capaz cuando Tu creías en mí.

Soy consciente de cuanto me has dado, y aunque no ha estado carente de esfuerzo por mi parte, todo ello ha posibilitado las mejoras que hoy estoy disfrutando...

Ese sentimiento me embarga hoy, y aquí en mi refu, lo expreso tal cual surge...

Feliz noche a todos...

PD- Mi  Señor sin falta mañana compro el cerdito...que ya van....¿eran dos verdad?....ufffff