No deja de sorprenderme como somos capaces, ante lo evidente, de seguir negándolo, no sé bien si en un intento de eludir nuestras responsabilidades o para engañar a nuestra conciencia.
Eso me recuerda algo que viví en mi infancia, y que hoy deseo compartir.
Siempre he sido un poco trasto, y de muy pequeña no disimulaba para nada en mis trastadas, porque no las hacía con mala intención, sino que era tremendamente curiosa, inquieta, imaginativa e inventiva, así que no tenía motivos para disimular, sieeeeempre tenia justificaciones para todo.
Evidentemente, mis motivos no eran suficientes para los mayores y pillaba muuuuuuucho. Llegó el momento en que empecé a adquirir la pillería suficiente como para librarme de muchas regañinas, y me convertí en una tramposilla, siempre buscando como escaquearme del correctivo.
Un día, ante una travesura, un poco gordota para ser sincera, fui a ver a mi bisa, esa sabía mujer a la cual yo siempre escuchaba, porque no me juzgaba sino que comprendía mi esencia e intentaba que viera más allá de mis propios impulsos.
Me quejaba de que me habían castigado por la fechoría, pero que era imposible que supieran que había sido yo, y eso era cierto, pues reconozco que era buena trampeando...
Me escuchó como siempre hacía, con esa preciosa sonrisa en su consumido rostro, y dijo algo que hoy en día es para mi una de mis máximas, aunque a veces la odie.
Dijo que no importa si nadie me ve, que no debe preocuparme ser descubierta o no, porque la única que debe ser juez de mi vida es mi propia conciencia, y me explicó con paciencia que significaba eso.
A partir de ese momento, fue odioso y realmente jodido para mí, porque tener consciencia de la conciencia hizo que ya nunca más fuera capaz de ocultar mis travesuras, no al menos para mi misma, y puedo asegurar que me hizo ser una inclemente juez en mis actos...tanto que a veces mi Señor me dice...."dana tampoco te pases..."
Por ello, ante los acontecimientos de la vida, cuando algo es evidente no comprendo que se niege lo innegable, y no puedo evitar pensar en que a mi pueden intentar engañarme, y muchas veces me dejo engañar, pero a su propia conciencia no podrán, y tarde o temprano deberán quedarse a solas con ellos mismos y...¿que sucede entonces?...
Quizás no todo el mundo sea así, quizás logren apartarla o tengan la conciencia laxa, pero sea como sea, me da que pensar cuando se me insiste y se me asegura tener la conciencia completamente tranquila, cuando al fin y al cabo, nada tengo que decir yo ante los actos de los demás...
Y como se dice...allá cada uno con su conciencia...que yo actúo con la mía...
Feliz noche y sed buenos eh???
LA CONCIENCIA ESA AMIGA QUE NOS MACHACA CUANDO HACEMOS ALGO MALO,,, MENUDA ES!!!
ResponderEliminarYO DE PEQUEÑO TAMBIÉN ERA,,, COMO DICEN AHORA MUY NERVIOSO,,, QUE MALO QUE ERA. Y SIEMPRE QUE VENÍA MI MADRE DESPUES DE ALGUNA DIABLURA NOS PREGUNTABA A MIS HERMANOS Y A MÍ QUIEN HABIA SIDO.... YO LE SOLÍA DECIR: ¿SI TE LO DIGO NO TE ENFADAS?,,,, Y YA SABÍA ELLA QUE YO ERA EL CULPABLE,,,, JEJEJEJEJEJE,,, SIEMPRE ME PILLABAN.
UN BESAZO DANA!!!
jiji...pues eso era cuestion de practicar mas...jijij
ResponderEliminarGracias por compartirlo
un cordial saludo