Pleasure Shelter: Sin Ti...

miércoles, 29 de agosto de 2012

Sin Ti...

De nuevo tengo un sentimiento o tal vez sea más bien una necesidad, que quiero reflejar, y es el hecho de la dependencia. 

Inicialmente, quizás por la educación recibida, solemos aceptar la dependencia a ciertas cosas materiales, unos más que otros, pero huimos de la dependencia hacia las personas. 

Creemos que las cosas materiales las controlamos nosotros, y no nos parece tan peligroso como la dependencia a las personas, porque los bienes nunca nos van ha abandonar, siempre mientras lo deseemos los vamos a tener al alcance, pero en cambio, contamos con el hecho de que las personas tienen su propia identidad y por lo tanto entra en juego el temor a la perdida,  y por consiguiente luchamos con todas nuestras fuerzas para no unirnos de tal manera con nadie, creyéndonos independientes y ajenos a la necesidad de otra persona.

Hablaré por mi en este caso, pues cuando yo me decidí a dejar fluir mi sumisión, sabía que era una persona independiente en muchos aspectos de mi personalidad, que no necesitaba a un hombre para vivir, pero me reconocía, aunque no a los demás, ese sentimiento tan íntimo, ese deseo férreo de unirme en cuerpo y alma a una persona, de vivir sintiendo la unión con ese hombre capaz de comprender mi esencia, de hacerme sentir mujer, de relajarme en Sus brazos siendo yo misma, perdiendo el temor a entregarme.

Me resistí durante mucho tiempo porque tenía miedo de sentir esa dependencia en una fase demasiado temprana, movida más por la fantasía que por un vínculo real, y aunque no me arrepiento de ello, porque me hizo ser precavida, si es cierto que no me lo hizo pasar nada bien ni a mi ni a mi Señor.

A pesar de toda mi resistencia, aunque no me daba cuenta, en esos momentos iniciales estaba sintiendo y mostrando mucha más dependencia que, por ejemplo, en estos momentos, en que mi unión es mucho mayor.

Es un concepto complicado, prácticamente imposible para mi explicarlo, pero fácilmente detectable cuando te enfrentas al momento...

En esos inicios en que temerosa rechazaba mi unión, reclamaba atención, más bien la exigía, sentía desazón cuando la incertidumbre me alcanzaba, inseguridad y miedo si no tenía una constante presencia, unos datos que me hicieran comprobar que realmente podía confiar. Por lo tanto mi dependencia era muy elevada.

Ahora en cambio, cuando mi vinculo es real, cuando la dependencia podría entenderse como mayor, siendo por eso elegida y deseada, no existe para nada esa desazón, me siento ligada por completo, es una necesidad la atadura de mi ser a Su dominio, pero es todo pausado, estable, fluye de manera natural y no temo en absoluto estar vinculada a esta persona.

No es porque crea que jamás puedo perderle, pues nunca me atrevería a tal afirmación, pero el hecho de elegir con plena consciencia la dependencia de Él me hace eliminar por completo la falta de control personal, el estar condicionada y expuesta sin más remedio, porque soy yo la quiero esa dependencia, la cual no es en ningún momento dañina, perjudicial y ni tan siquiera dolorosa, sino justo al contrario.

Con éste vinculo, al ser parte y pertenencia de alguien, soy fiel a mi misma, a lo que siento, a lo que soy, y adoro sentirme pendiente y dependiente de un hombre capaz de estar siempre, a pesar de la distancia, de darme lo que necesito en el momento justo, de preocuparse por mi incluso más que yo misma, y de hacer que el deseo crezca cada día que pasa.

No tiene porque comprenderse, de hecho es algo que yo no he comprendido hasta que no lo he sentido...

No hay comentarios:

Publicar un comentario