Pleasure Shelter: Libre y esclava

sábado, 23 de junio de 2012

Libre y esclava


Fue la esclava reclamada a la presencia del Amo, y ágil pero de forma pausada se presentó ante Él con la mirada baja. Ésta siempre desconocía lo que le esperaba cuando estaba en su presencia y aunque confiada se mostraba, siempre había en su interior algún retazo de incertidumbre, que le causaba mezcla entre temor y emoción al servirle.

Hacía ya algún tiempo que estaba bajo su mandato y aunque ponía intención en cada una de sus tareas, cuando estaba ante Él, muchas veces sentía como su cuerpo y su mente se quedaban pausados sin capacidad para reaccionar, cosa que no contentaba para nada a su Amo, considerándolo como una demora ante sus órdenes.

De nuevo le ocurrió, al traspasar la puerta y verlo allí sentado distraído en su lectura, mientras ella aprovechaba a mirarlo de manera descarada pensando que era ajeno a su presencia. Observaba su cuerpo, la postura que adoptaba, los músculos que contorneaban su fuerte cuerpo, su bello rostro y aquello que no era tan evidente a simple vista pero que ella podía ver con tan solo una mirada. 

Era imponente ante sus ojos, le adoraba y le respetaba desde la profundidad de su ser, y aunque evitaba mostrarlo pues consideraba que su pasión no sería aceptada por quien la adquirió tiempo atrás, sin dar mucho por ella, el nerviosismo se apoderaba de ella ante tales sensaciones.

La despertó de su bloqueo la voz del Amo que le decía: "¿deberé esperarte mucho más?"

Ella avergonzada y presa de un ansía irrefrenable al darse cuenta que no había sido consciente del tiempo transcurrido, se postró ante Él mostrándole su fervor.

"Levántate esclava, y siéntate aquí junto a mí, deseo tu compañía."

Ella se sentó obedeciendo aunque dejando cierta distancia por temor a sus propios impulsos. Podía oler el aroma a suaves esencias con las que había cuidado su piel y el perfume de su excitación que ocultaba cerrando prudentemente las piernas.

Quiso que se acercara más, y la hizo acurrucarse a su lado, rodeándola con el brazo lentamente, y dejando pasar el tiempo suficiente para que ella se sintiera cómoda, leía una preciosa historia de tiempos antiguos, meciendo con su voz a la ya rendida sierva.

Cesó su narración y la observaba mientras ella bajaba la mirada sintiendo los ojos de su Amo recorriendo cada parte de su cuerpo. Mezclaba en su interior el orgullo de estar sumida en ese precioso sueño y el deseo de complacerle sintiéndose entregada a sus anhelos.

Se atrevió ella a levantar su rostro, y cruzando la mirada unos instantes con la de Su Amo, se arrepintió de su descaro. Así Él, comenzó a hablarle con una voz suave pero segura, mientras acariciaba su precioso cabello y le obligaba a permanecer alta la mirada.

" Sierva mía, crees que desconozco lo que alberga Tu interior, que no sé cuanto deseas no solo servirme sino amarme. No es necesario que permita a Tus palabras decirlo, porque en cada gesto he visto la delicadeza y el amor. 

Sé que tu aprendizaje no es sencillo, te acogí a mi servicio siendo una inexperta joven, temerosa y reacia a cumplir mis mandatos, y que mi exigencia y mi firmeza han causado en tu cuerpo y en tu alma un gran dolor en muchas ocasiones. 

Todo ello, dulce sierva, tenía un único propósito, y sé que no me equivoco al afirmar hoy, que lo comprendes, y que por ello, acoges cualquier correctivo con sumisión y orgullo, y estas decidida a hacer de Ti la esclava que deseo.

Hoy te digo, que ya no eres esclava, eres libre de escoger tu destino, pues lo que siento no me permite retenerte a mi servicio, y desde este momento, en que mi cuerpo te siente más próximo que ninguna otra vez, en que puedo notar tu corazón latir con ese sonido impetuoso reflejo de tu ánimo, te libero del yugo que a mi te ata.

Puedes irte sierva mía, llevándote contigo parte de mi ser, pero antes deseo pedirte un último cometido. Escúchame atentamente, deseo verte a ti por completo, desnuda ante mi, no solo tu cuerpo sino tu ser, que me dejes ver tu interior y compartas tus pensamientos.  Necesito gozar de ti sin el temor que albergas por estar sometida a mi. Piensa que te he liberado, pero deseo ver a la mujer en la que te has convertido estando a mi servicio."

Tras una larga pausa del Amo, la esclava sin haber apartado su mirada de Él, pidió permiso para hablarle, el cual fue concedido con la condición de que fueran palabras sinceras salidas desde el corazón, aunque esperaba el Amo que le resultaran doloras.

Desnuda ya por completo, se postró a los pies del Amo y con voz dulce le dijo:

“Mi Señor, todo cuanto soy y siento ha sido creado por Tus manos, por Tus palabras, por Tus actos, por todo aquello que día a día, durante todo este tiempo en que te he servido, me has ido mostrando. 

Cierto que cuando me adquiriste tuve miedo, sentí rechazo hacia muchas de las cosas que pretendías de mí, y que ello me llevó a duros correctivos al mostrarte mi rebeldía.

Poco a poco, sin apenas darme cuenta, y siendo yo la primera sorprendida, todas aquellas cosas que me solicitabas se convertían en placer, y asustada por los sentimientos que empezaba a albergar, quise huir de tus manos, pensando que de ese modo olvidaría lo que en mi crecía.

Cuanto más intentaba escapar, más unida me sentía a ti, más necesidad adquiría de estar en tu presencia, y vivía anhelando que me reclamaras para poder servirte, pues de ese modo me sentía tremendamente feliz.

Te estoy completamente agradecida por todo este tiempo que me has convertido en la mujer que ahora tienes ante ti. Agradezco también que hoy me hayas liberado de la esclavitud, pues eso me habla de tu corazón y confirma que no estoy errada ante mi pensamiento, pero deseo suplicarte, oh mi amado Señor, que no me condenes a tal infortunio, pues esta tu sierva, solo encuentra su dicha estando a tu lado, haciendo de sus horas el instrumento para complacerte, y darte este cuerpo y esta alma, no para satisfacer este último cometido que me solicitas, sino porque ese es el deseo que desde tanto tiempo alberga mi ser.

Te ofrezco a esta mujer obra de tus anhelos, y suplico desde el fondo de mi corazón que no me desprecies y me permitas seguir siendo tu complaciente esclava".

Le interrumpió el Amo, emocionado al ver los deseos de su sierva, y dijo:

" Que así sea pues, mi dulce esclava, si ese es tu deseo. Este lugar que ocupas ahora a mis pies, será tuyo por mucho, mucho tiempo".

Entre lágrimas de emoción la esclava abrazada a los pies de su Amo dijo:

"Pues tómame mi Señor, porque tuya soy".

Así se cuenta que fue libre y esclava.



1 comentario:

  1. QUE PRECIOSA HISTORIA,,, ELLA ES LIBRE DE ELEGIR LO QUE DESEA...
    UN BESAZO DANA!!!

    ResponderEliminar