Mientras el placer recorre Tu cuerpo
se mece mi ser en el deseo,
petición expresamente negada,
que la suplica haría nula.
Pulsos fugaces te impactan
ante mi atenta mirada,
y traspasan sin permiso
a mi anhelante sexo.
En mi mente el pensamiento:
obedecer es cuanto debes,
inmóvil postrada a Tu vera
cuando el tiempo se detiene.
Se corta Tu agitada respiración,
creo tocar Tu cálida piel,
respirar Tu dulce aroma,
y perder mi boca en Ti.
Siento llegar el momento,
me invade máxima lujuria,
y al brote del impetuoso flujo
en recipiente me convierto.
No hay otro placer buscado
en este preciso instante,
que esas palabras dulces
que expresan así Tu agrado:
muy bien mi sierva.
Quizás sea ahora,
quizás más tarde,
pero aguardo el valioso premio
para ofrecértelo esperado.
CUANTA ENTREGA EXPRESADA EN TUS VERSOS.
ResponderEliminarUN BESAZO DANA!!!
Así lo siento cuanto escribo, y aunque sé que no se puede apreciar por mis pobres palabras tanto como desearía me alegro que las pinceladas se aprecien al observar...
EliminarUn cordial saludo