Pleasure Shelter: Sábanas color canela...

martes, 30 de abril de 2013

Sábanas color canela...

Muy de madrugada te disponías a abandonar el lecho donde juntos habíamos tomado nuestro descanso, pero no olvidaste ni siquiera en ese momento en que los quehaceres te reclamaban, dedicar unos segundos para susurrarme y acariciarme, convencido de que me hallaba despierta aunque no diera señales de ello.

La verdad es que de forma instintiva permanezco alerta a los cambios que Tu cuerpo experimenta, y tu amago por iniciar una nueva jornada no pasó desapercibido aún en mi duermevela.

Sentí como te acercabas a mi oído  y me recordabas con afables palabras lo que debía tener listo a Tu regreso, diciéndome : "recuerda esclava lo que te reclamo", y tras esas palabras unas suaves caricias en mi torso elevaron mi cuerpo buscando no perder el anhelado contacto de Tu piel.

Supe que aún me permitías un plácido descanso cuando dijiste " descansa mi sierva, es temprano...", mientras me arropabas con la sabana que aún conservaba Tu calor y Tu olor.

Sé que sonreíste y te devolví la sonrisa, aunque mis ojos aún estaban cerrados, mezcla del dulce despertar y de la intangible felicidad que no quería perder en mi sueño.

Desconozco cuanto tiempo pasó, pero el sol entrando por la ventana me despertó, y de nuevo mi sonrisa perezosa se dibujó en mi rostro, pues sabía perfectamente que anoche justo antes de acostarnos había dejado la persiana bien cerrada y que Tu habías dejado preparado para mi ese despertador tan sutil y efectivo.

Me abracé a Tu almohada y respiré tan profundamente como pude Tu aroma, embargándome el deseo de rozar todo mi cuerpo con ella, impregnándola así con la pasión que de mi cuerpo emanaba.

Reviví lo que la noche antes había acontecido, cuando a conciencia había preparado nuestro lecho con las sábanas de color canela perfumadas ligeramente, bien tersas y recogidas y, sobre ellas, la suave manta aterciopelada que abrigaba el cuero que cubriría mis extremidades para dejarme firmemente abierta para Ti.

En un rincón, cercano a nuestro lecho, el pequeño baúl adornado con tintes árabes, donde ordenaba a diario los instrumentos, aguardaba paciente a aquello que Tu pudieras menester.

Recorría mi cuerpo y sentía aún las pinceladas que habías dejado marcadas, garantía de Tu dominio, y la musculatura de mi cuerpo aún entumecida por la ya relajada tensión vibraba de nuevo con la rememorada visión de nuestro vínculo.

Creo que fueron horas de unión y desenfreno aunque parecieran segundos y, nuevas horas las que he pasado en Tu ausencia sintiéndote dentro de mí, Tus embestidas, Tu dulzura, Tu lujuria, Tu...todo Tu, yo...toda yo...

¿Como despertar de tan apetecible sueño?...

2 comentarios:

  1. DE UN SUEÑO ASÍ NO APETECE DESPERTAR...
    UN BESAZO DANA!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues por eso me quedé remoloneando un poquitito más...creo que unas cuantas horas...
      Un cordial saludo

      Eliminar