Sé que lo sabes...

Sé que sabes como me encuentro,

y a pesar de eso impera el silencio,

viéndome retorcida como gata en celo

para mostrarte ansiosa mis encantos,

suplicante para que uses sin piedad

cualquier cavidad anti Ti expuesta.

Oyes mis gemidos ahogados

contenidos en muestra de respeto,

dibujas con Tus dedos mis pezones

que emergen insultantes ante el sutil roce,

e ignoras el aroma de mi cáliz 

que riega mi entrepierna con esmero.

Ves en mis ojos la prudencia

conocedora del lugar elegido,

y de esas máximas fundadas

en el comienzo de nuestro tiempo,

mas sabes que muero de locura

por ser invadida por completo.

En mi refugio pierdo al mundo,

en la incertidumbre me cobijo,

y lees mil señales en mi cuerpo

que te muestran lo que no entiendo,

 conociendo así mis misterios,

desvelándote mis secretos.

Quizás no fuese este el momento

de colmar con placer mi lujúria,

pero creo confirmar sin miedo

que disfrutaste de tu gloria,

sabiendo que fuiste Tu mi deseo

y a la vez, también mi condena.

Una pregunta viene a mi mente,

entre todas las sensaciones reunidas,

"¿verdad que es difícil ser esclava?",

y ahora a la contención unida,

te digo con la voz jadeante:

es difícil, mi Señor, ser esclava,

pero ésta que por Ti espera,

no ansía para ella otro vivir.

Cólmame de placer si es Tu anhelo

o déjame sin él si lo deseas,

mas no me niegues lo que siento

cuando con ello a Ti me someto,

permíteme sentirte cerca

sea cual sea el momento...