Porque Tú me enseñaste a levantar el rostro cuando sólo quería esconderlo,
cuando lo dí todo por perdido y en Tu mirada vi mi destino,
confiando en esas fuerzas que Tú creíste ver en mí.
Porque Tú haces posible este ahora que ni en mis mejores sueños existía,
permaneces a mi lado día tras día, noche tras noche,
acompañando mis ilusiones y mi realidad,
sin miedo a aquello que fue ni tampoco a lo que será.
Porque has cambiado por completo el color de mi vivir,
y a partir de aquel instante nada tiene ya que ver,
con aquellos miedos que prendían mi alma
ni con aquellos anhelos que quedaron muy atrás.
Porque aquel instante fue un comienzo que hoy recuerdo junto a Ti,
abrazados en la esencia de nuestra intensa relación,
dejando que las horas me soprendan mientras te sirvo con esmero,
permitiendo a los sentidos deleitarse ante Tu dulzura y Tu dominio.
Porque te amo con todo mi ser y me siento igual amada,
hoy contemplo con asombro como cada vez soy más Tuya
y esta elección tan meditada fue un completo acierto
siendo mi vida plena joya al ser posada en Tus manos.
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