Pleasure Shelter: GIMNASIO

domingo, 22 de agosto de 2010

GIMNASIO

Fui al gimnasio a ultima hora de la tarde, después del trabajo porque necesitaba desconectar, quizás cansarme para después quedarme relajada porque llevo unos cuantos días de nervios que no me dejan descansar de noche.

Hice una clase de aerobic dirigida, con el bañador y unos pantaloncitos cortos ajustados encima. Al principio eramos todo chicas, pero a media clase llegaron dos chicos. Pensé que debían ser dos chicos gays porque normalmente a las clases de aerobic no suelen venir muchos chicos masculinos.

Me daba vergüenza verles tan solo por el espejo que teníamos delante nuestro mientras seguíamos los ejercicios de aerobic, y la verdad es que quería ver como lo hacían sin tener que estar pendiente del espejo, así que en medio de un ejercicio, paré, fui hasta el banco que hay al final de la sala para beber agua y de ese modo, disimuladamente, quedarme detrás de ellos al reincorporarme a los ejercicios.

Por sus movimientos no parecían muy gays, pero seguiría observándolos para determinar si lo eran. No se movían nada mal, y según que movimientos parecían muy eróticos practicados por ellos y así con todo su cuerpo sudado me parecían tremendamente irresistibles. No sabia a cual de ellos mirar, los dos me resultaban atrayentes...

Noté mis pezones resurgir por el bañador y estaba tremendamente mojada, no solo por el sudor, sino porque estaba excitada ante ellos. Debía salir de esa clase, no podía resistir más tiempo allí tan excitada. Fingí no encontrarme bien, pero fue peor porque la monitoria se acercó a mi y al ver que yo estaba realmente enferma (si ella supiera) llamó a los dos chicos y les pidió que me acompañaran a la enfermería. Comentó que hasta al cabo de media hora no vendría la enfermera, pero que no me dejaran allí sola hasta que ella viniera y me pudiera atender.

Quería morirme, estoy intentando huir de estos dos chicos y estaré con ellos a solas por lo menos 30 minutos....

Por mucho que intenté explicarles que me encontraba muchísimo mejor, que no era necesario, que había sido solo un sobre-esfuerzo, pero al parar el ejercicio estaba mucho mejor, ellos seguían andando, cada uno a mi lado, cogiéndome fuertemente de los brazos, como temiendo que fuera a escaparme.

Caminamos por un pasillo largo y estrecho, y ellos se pegan a mi para poder pasar los tres por el pasillo. Al final de ese pasillo había una puerta blanca con una cruz roja dibujada en medio. Deduzco que nos dirigimos allí...A medida que nos acercamos mi corazón late fuerte, como queriéndose salir del pecho.

Uno de ellos se presenta diciéndome que se llama Andres, que este tranquila, que el cuidará de mi. El otro dice que se llama Gus y que será él el que cuide de mi. Uf que voz más sensual tiene este último chico....y esa mirada, y ese cuerpo, aunque el otro no está nada mal tampoco....Que malita me estoy poniendo...

Andres abre la puerta sin soltarme el brazo y Gus me empuja ligeramente hacia el interior de la sala. En ella solo hay una camilla en el centro, un pequeño armarito blanco con cristales en las puertas, que dejan entrever los artilugios y artículos médicos. También hay un pequeño lavabo y un espejo sobre él. Una mesa, una silla y un pequeño sofá en la esquina del fondo.

Cierran la puerta a nuestro paso, y como si de una muñeca se tratara me sientan en la camilla y me hacen tumbarme para esperar a la enfermera...

No puedo seguir así....y les grito: VALE OS HE ENGAÑADO A TODOS. NO ME ENCONTRABA MAL, ME ESTABAIS PONIENDO CACHONDA Y ME QUERIA IR!!!!!

Se quedan los dos con la boca abierta mirándome fijamente, y yo quería que me tragara la tierra. Pensaba que se irían rápidamente enfadados y le contarían a todo el mundo lo que había pasado.

Andres abrió la puerta para irse, pero Gus la cerró sin dejarle salir y le susurró al oído algo que no pude escuchar. Vinieron hacia mi muy lentamente, me miraban de una manera extraña. Tuve miedo porque pensé que me iban a pegar, pero no, mientras Andrés miraba, Gus se acercó a mi, y me susurró al oído: Te has reído de nosotros, y pagaras por ello.

Me quedé inmóvil, no sabia que querían decir aquellas palabras, pero no tardaría en descubrirlo.

Gus cogió unas vendas del armario y le dijo a Andres, aguanta a la nena! Tumbada hacia arriba en la camilla, las piernas abiertas, atadas a las patas de la camilla y las manos atadas a los laterales.

Andres le acerca a Gus unas tijeras. Todo mi cuerpo tiembla ante esa escena, cuando mi ropa empieza a ser cortada y me deja completamente desnuda y me dice: Nena, no decías que te poníamos cachondos pues vamos a verlo.

Mete su de dedo en mi sexo y lo chupa relamiéndose como si hubiera probado un postre delicioso. Andres mas tímido, se entretiene en mis pechos, jugueteando con mis pezones. Gus le empuja y le dice que primero le toca a él, que ya le avisará cuando pueda intervenir. Le ordena que ponga una silla detrás de la puerta para que nadie pueda entrar.

Gus introduce la cara en mi sexo y contemplo el sexo de Andres pidiendo salir de sus estrechos pantalones al fondo de la sala.

Me lame, introduce su lengua tan a dentro como le es posible. Al principio la situación es terriblemente incomoda, pero el placer que me está dando hace que me olvide de todo y me centre en el placer. Cierro los ojos, abandono mi cuerpo a sus deseos.

Andres pide intervenir, y asiente Gus dándole permiso mientras él sigue jugando con mi sexo. Andres gira mi cara hacia fuera y con sus dedos me abre la boca. Los introduce en ella haciendo que se los chupe. Cambia rápidamente sus dedos por su polla. Me aguanta la cara contra la camilla mientras me folla la boca.

Gus viendo lo que hace su compañero decide intervenir también con su sexo, y pasa a meter su polla en mi coño. La camilla se mueve de un lado a otro, puesto que mientras uno me folla la boca el otro me folla el coño, y el empuje produce que la camilla se desplace.

Intercambian su posición, y me doy cuenta que Gus es más agresivo, porque al follarme la boca, agarra fuerte mi pelo y la camilla se desplaza lateral, mientras Andres es más suave con mi sexo. Gus le grita: DALE FUERTE CABRÓN QUE A LA GUARRA LE GUSTA!

Andres parece obedecer en todo a su amigo y su empuje aumenta de intensidad. No me permiten gritar, tengo la boca ocupada, pero mi cuerpo demuestra que me gusta tremendamente, porque se estremece.

Me desatan y me lanzan hacia el sofá que hay en la esquina, dejando mi culo y mis nalgas a su servicio. No veo quien de los dos está metiendo sus dedos en mi agujero negro, pero por la suavidad creo que se trata de Andres y el que azota mis nalgas debe ser Gus porque el dolor es intenso.

Cuando Andres saca los dedos, Gus mete su polla en mi culo, mientras Andres de nuevo me ofrece su polla para lamerla.

Chupo con ganas a medida que Gus me encula cogiéndome con las manos por el vientre para evitar que me vaya hacia adelante, haciéndome suya.

Cuando le parece que lleva suficiente tiempo así, vuelve a cogerme y me hecha encima de la mesa, tirándome hacia adelante para dejar mi cuerpo casi suspendido. Abre mis piernas, y me folla con gran intensidad de nuevo mientras esta vez Andres observa y se masturba.

Andres dice: Gus estoy a punto.
Espera tio...

Sale de mi, me pone de rodillas, y me hace chuparle la polla hasta que está a punto de correrse. Con un gesto se aproxima Andres, y se corren los dos encima mio, haciendo relamerles la polla a los dos una vez se han vaciado sobre mi.

En ese mismo momento, alguien intenta abrir la puerta de la enfermería....
Se visten rápidamente, me suben a la camilla y antes de abrir la puerta Gus dice: te ha parecido bien el castigo?
Si, le digo, me ha gustado.
Pues cuando quieras más nos vienes a buscar, venimos cada tarde.

Abre la puerta y le dice a la señorita que pretende entrar: Aquí tiene a la enferma, lista para recibir sus curas.

La chica me mira alucinada al verme completamente desnuda, sudada y excitada y me pregunta:

- Que te ha pasado chica?
Pues nada, le contesto, me han follado por todos los agujeros pero yo no he acabado.

Por su cara, parece que no se refería a eso, pero ante mi respuesta no se le ocurre otra cosa que decir, pues tranquila, yo te haré acabar.

Me pone de pie, con las piernas abiertas, y ella sentada en el suelo sobre sus rodillas, su cabeza mirando hacia arriba, con su boca abierta sacando la lengua próxima a mi sexo. Mi cuerpo empieza a moverse para que mi sexo se restriegue con su lengua. Me excito terriblemente, vibro y creo que voy a perder las fuerzas, se me doblan las rodillas.

Cuando ve esto, me estira en el suelo, se levanta la faldita del uniforme, se reclina encima de mi, y mientras lamo su sexo ella da placer al mio. Ella se aproxima muy rápido al orgasmo y al acercarse lame mi sexo haciendo que yo también me aproxime a él.

Grita con su lengua en mi sexo, es un grito ahogado, que le produce el orgasmo, y con él chupa fuerte el mio haciendo que me corra con ella.

Se queda unos instantes tumbada sobre mi.
Cuando consigue recuperar la respiración, se levanta, me da una toalla para secarme y cubrirme y me pregunta si me encuentro mejor.

Muchísimo mejor gracias, le respondo.
Veo su sonrisa mientras me alejo hacia las duchas.

En la ducha, recorro con mi imaginación el placer que he recibido hoy y deseo encontrarme mañana de nuevo con Andres y con Gus y contarles como he acabado, y saber si querrán
participar otro día con nosotras. Mañana les preguntaré.

Fin.

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