No me sueltes...

Hay cosas que no se comprenden, que simplemente se sienten, que aunque no las merezcas, o quizás sí, llegan y se apoderan de ti por completo. Siempre hay que dar a cambio, nunca, al menos no para mí, nunca es gratuito, pero cuando ves que la cosecha da sus frutos, que aunque no entiendas como va tomando forma, y su aroma, su color, su textura, toda su esencia te atrapa, sabes que ese momento es único, que debes vivirlo con toda la intensidad que un instante así merita.

Vivo en ese instante, y es gracias a Ti que puedo hacerlo, pues Tu descubriste mi potencial, me mostraste que puedo, que deberé poner mucho de mi parte, pero Tu fe en mí, Tu perseverancia y paciencia va abriendo camino entre mis muchos temores e inseguridades, para ocupar su lugar, para anclarte fuerte en mi interior y zarandearme con ímpetu cuando no me siento capaz.

No me sueltes, por favor, no me dejes sola pues sin Ti mi forma se desvanece, necesito ser parte de Tu esencia, formar contigo una unidad que proyecte una realidad como la hoy vivimos y a la que me aferro, siendo consciente de que este es el lugar en el que yo recobro mi sentido y mi valor.

Puede ser complejo pero la esencia es sencilla, no hay que entenderlo hay que sentirlo y junto a Ti así es...te siento, me siento, nos siento y así lo deseo...

Eres Dueño y Señor de mi ser, lo sabes y lo sé...¿que hay mejor que dejarse embriagar por la realidad?

A Tus pies, acompañando Tus pasos, alimentándome de ellos...