Obsesión

Mi cabecita piensa hoy en algo que tiempo atrás no veía y que hoy, capaz de ver la situación con algo más de perspectiva, puedo ver y por lo tanto, tratar de analizar con cierta, o eso espero, objetividad, aunque no dejará de ser mi opinión.

Me da un poquito de vergüenza hablar de ello, pero no deja de ser parte de mi realidad y por ello creo que está bien expresarlo, así que vamos a ello...Ya me diréis que pensáis, si os ha sucedido también o soy la loca del barrio...

Cuando me lancé a dejarme ver mi esencia sumisa, ocultada mucho tiempo por temor, tuve la suerte de encontrar a mi Señor cuando aún no hacía mucho tiempo que me había quitado la venda de los ojos. 

Aunque eso del tiempo es muy relativo, y para muchos ese tiempo seguro que era ya excesivo, yo aún no me sentía preparada para iniciar una relación de este tipo (en realidad de ningún tipo), puesto que aunque no conocía mucho, si tenía una idea muy determinada de como deseaba que fuera, o mejor dicho de lo que no deseaba.

Como la sinceridad va por delante, así lo expresé y poco a poco fuimos conociéndonos, viendo si nuestra forma de entender, de sentir, de vivir cuadraba y aprendiendo mutuamente en este camino que emprendimos y que afortunadamente continuamos.

Ese deseo que guardé durante mucho tiempo en mi interior, casi decidida ya a que no saliera jamás, fue descubierto y ante eso solo podía dejarlo salir, aunque en muchas ocasiones volviera a intentar disimular.

Cuando algo está retenido mucho tiempo y sale, sale con furia, con una energía incontrolable. Eso me pasó a mi, e hice de ello el centro de mi vida, el motor, dejando de lado muchas otras cosas, porque creía que así debía ser, así lo sentía y actuaba en consecuencia.

Nunca me obligaron a ello, y creía no sentirme mal por ello, sino que me sentía inmersa en una corriente de descubrimientos, de sentimientos, de placer, de retos, de infinidad de cosas nuevas que se apoderaron de mi.

Me obsesioné, en cierta medida, y quería más y más, TODO y YA lo ansiaba, siendo insaciable mi ansia. Quería atracones pero luego no era capaz de digerirlos porque no estaba preparada para ellos, y tan solo servía para desestabilizar aquello que inicialmente había ingerido, retrocediendo más de lo avanzado.

Como quería ir más allá, cosa que mi inexperiencia me negaba, me sentía como decía en aquel entonces "una mala sumisa", y ciertamente lo era, pero ahora sé que no porque no diera todo lo que yo quería, sino porque no daba lo que se me pedía. Una pequeña gran diferencia...

No es que ahora sea mejor, ni siquiera me lo planteo en esos términos, pero el tiempo y, por supuesto, las enseñanzas de mi Señor, me han hecho comprender que hay tiempo para todo, que jamás perderé mi esencia, que siempre puedo entregársela porque es mía y la desea. 

Si vives la sumisión de manera relajada, sin agobios ni tensiones innecesarias (bastantes conlleva por si misma), si dejas que las sensaciones te empapen, que el aprendizaje llegue con el tiempo que sea necesario aplicar, y no te obsesionas buscando mas allá de lo que sientes, puedes disfrutar de un placentero camino.

¿Piedras? por supuesto, muchas, como en todo tipo de relación, pero es mejor ir viendo que te acercas a ellas que no correr y encontrártelas una vez te hayas dejado los dientes en ellas, ¿verdad?

Creía que si no iba rápido, si no asumía a la velocidad de una superwoman, digamos por ejemplo...catwoman o spiderwoman, no estaría a la altura y ese sueño que empecé se acabaría por mi inutilidad.

Sé que todo esto que ahora siento y que intento expresar torpemente, es fruto de un proceso, de las fases que en todo aprendizaje deben irse pasando, pero me alegro de haber visto que dejando que fluya, que centrándome en cada momento en lo que corresponde, que viviendo la vida en cada una de sus facetas, no soy menos sumisa, no pierdo mi esencia ni deja de valorarse.

Hoy comprendo cuanto hice sufrir con ello, y cuanto sufrí yo misma. No me daba cuenta pero ahora que tengo con que comparar, sin duda, veo que hay otras maneras de vivirlo, que la tensión en ciertos momentos es agradable, morbosa, placentera, tremendamente excitante, pero cuando es continuada es cargante e insoportable por ambos lados.

Y por supuesto...no me pierdo ni uno de esos momentos de placer, entrega, sometimiento, dolor, gozo y tooodo cuanto se atesora y que disfrutamos con locura.....mmmmmm....mejor lo dejo ahí que me pongo tontorrona...jiji

Quizás no sirva de nada expresarlo, porque mi propia experiencia de nada sirve a los demás, tan solo para pasar un ratito de vergüenza a compartirlo, pero si por lo menos a alguien le da que pensar, ya me doy por satisfecha...quien sabe...

No me enrollo más, que tengo mucho peligro...

Feliz tarde a todos.