Llévatelo, mi Señor, aléjalo de mí,
déjale claro que Tu elegirás el momento.
Enciérralo, por favor, dile que se irá contigo,
así no podrá, ahí no me alcanzará.
Ésta noche apártalo, mi Señor,
guárdalo en un lugar oscuro,
que sienta lo que él hace sentir.
Cuando ante Ti me postre,
y el reto me muestres,
así Tu fuerza me abrigue
y mi tesón me aliente,
déjalo libre, mi Señor.
Permítele que me invada,
que se adueñe de mi un instante,
déjale que crezca su confianza
y en ese momento de fulgor,
pídeme que luche.
Solo Tu voz escucharé,
a Tu deseo me aferraré,
y a ese orgullo ya visto
que es mi único fin.
No será guerra de una batalla,
ni venceremos en un instante,
serán horas de enfrentamiento
y dura será la contienda.
Más ahora Tu lo sabes,
eres Tu quien me gobiernas
y ante cualquier asedio
Tuya será la victoria.
Lista mi Señor, si Tu lo sientes,
dispuesta, si así lo dispones,
pues tras esta cruzada,
auguro dichosa libertad.
ME ENCANTA TUS POESIAS Y COMO TE EXPRESAS EN ELLAS...
ResponderEliminarUN BESAZO DANA!!!
Gracias...son palabras salidas sin filtro, tal como fluyen...
EliminarMe alegro de que te guste...
Esa guerra en la cual lucháis... y ambos salís victoriosos.
ResponderEliminarBeso.
En ello confio...sino seria incapaz siquiera de iniciarla...
EliminarGracias Teo
Un cordial saludo
Sois dos en uno frente a algo, que no os derrotará jamás. Besos dana.
ResponderEliminarGracias...me gustó muchisimo..."sois dos en uno..."
EliminarUn cordial saludo