Pleasure Shelter: Caprichos

domingo, 28 de octubre de 2012

Caprichos

Aunque seguro que más de uno pensará al leer esto "menuda joyita tiene el Sr. Qarpatian!!" (ironia on), debo decir que soy una caprichosa, que me encanta que me mimen, y que hasta hace muy poco no llevaba nada bien eso de no salirme con la mía.

No diré que ahora sea facilísimo y que me encante, porque no es eso, me sigue gustando que mi Señor me conceda los caprichos, porque significa que cree que lo merezco y entonces el orgullo por estar haciéndolo bien supera incluso el gozo del propio capricho.

Pero últimamente, estoy encontrando el placer en otro tipo de cuestiones, o ¿puede que simplemente esté cambiando mis caprichos?

A veces, no me doy cuenta y primo cuestiones que en otros momentos hubieran sido impensables para mí, porque teóricamente suponen dejar de conseguir lo que me gusta, pero en ese momento, esa renuncia sé que va a suponer un bienestar mucho mayor.

Justo después pienso ¿que me ha pasado? y me doy cuenta de como mis valores han cambiado, y lo bien que me siento haciendo o dejando de hacer, según sea el caso. 

En realidad, si soy sincera, no es que sea generosa o haya dejado de ser caprichosa, sino que de ese modo gano mucho más. 

Gano por un lado el propio placer que me reporta saber que estoy en el lugar que me corresponde, ese orgullo indescriptible de ceder y someter mis querencias, y por otro lado, el saber que de ese modo después todo va mejor, después viviré no mi propio orgullo sino el Suyo, que es la mejor sensación conocida por mí.

Por lo tanto, aunque en un primer momento parezca que renuncio, que abandono mis caprichos, al hacerlo consigo lo que deseo, por lo tanto lo hago porque quiero, porque mis miras están puestas en un lugar mucho más elevado que mi propio impulso momentáneo.

Esto se consigue con el tiempo, la práctica, y por supuesto, con los errores. Muchas veces (muchísimas) me he movido únicamente por lo que yo quería, empecinándome en llevar las cosas a mi manera para conseguir satisfacerme a mi misma, y a base de ver que perdía más que ganaba, que si conseguía algo era no sentirme bien conmigo misma, y tener después que superar esa decepción, empiezas a buscar de otro modo el placer, y así descubres que siendo fiel a tu esencia, que buscando el bienestar de quien te lleva consigues el tuyo propio.

No siempre es sencillo, no siempre soy capaz de abandonarme y dejar que sea Él quien vea, quien decida, quien actúe y quien me de aquello que sabe que necesito, cuando así lo cree.

Debo decir que no se trata de estar siempre negándotelo todo a ti misma, como siempre se trata del equilibrio, de pararse un segundín y observar el momento. De ese modo, aunque yo no siempre lo consiga, puedes ver por donde ir.

Si es algo que deseo con el corazón, no un capricho pasajero e impulsivo, cosa que yo misma soy capaz de diferenciar, siempre, aunque me parezca una bobada, estoy aprendiendo a mostrárselo a mi Señor, a contárselo y dejar que sea Él quien valore su conveniencia.

No creo que sea bueno ocultarlo, aunque creamos que ya lo saben, sino que pienso que lo mejor es comentarlo, sin esperar nada, simplemente ponerlo en Su conocimiento y esperar pacientemente su decisión al respecto, sabiendo que puede ser un NO, pero también puede ser un SI, es algo que no depende de nosotras...

¿No os pasa que a veces incluso cuando pensáis que puede ser un NO sentís ese placer extraño? Cuando así pasa, tengo la oportunidad de demostrar mi sumisión y empiezo a generar esos pensamientos positivos que me hacen buscar Su orgullo de ese modo...

Me encanta, me apasiona sentirlo y sé que mi capricho ahora es Él, es conseguir que sienta a través de mí, y sé que lo logro sirviéndole del modo en que me enseña,  con orgullo al someterme, con decisión y valentía ante aquello que me supone esfuerzo, con alegría y serenidad en mi día a día.

Mucho camino queda por recorrer, pero no renuncio a ver los avances que existen en lo recorrido.

Tu sierva, que desea servirte...




No hay comentarios:

Publicar un comentario