De otro modo...

A pesar de prometerte mi entrega te negaba la entrega de tan pesada carga. La oculté bajo miles de capas por tal que no la vieras, lápidas de duros materiales la protegían para que jamás emergiera, pero Tu viste más allá de ello, observaste la tímida súplica de mi mirada.

No era posible acumular más de lo que ya guardaba, y aunque no me creas, en estos pocos días desde que me ayudaste a mostrarte mis mayores demonios, estoy siendo capaz de mirarme, de comprenderme, de sentirme, e incluso de empezar a perdonarme.

Pensé que yo ocultaba, pero ello me ocultaba a mí, pensé que controlaba pero era yo controlada, pensé o quizás dejé de hacerlo, y me equivoqué. 

Me cuesta reconocer mis errores, bien lo sabes mi Señor, pero este fue/es tan grande que no puedo menos que sentirlo cada vez que me doy cuenta del daño que nos hice, y no digo esto para flagelarme en mi propia culpa (que de esos momentos también tengo) sino para aferrarme a la oportunidad que este dolor me ha dado, dolor que injustamente compartí contigo, pero dolor que fue más grande y fuerte que el que yo escondía y así pudimos empezar a liberarlo.

Nada compensa esas lágrimas derramadas, y creo que es algo que jamás podré perdonarme, es más, quisiera ofrecerte las mías como pago, aunque como dicen "lo hecho, hecho está" y ahora procuro quedarme con todo lo que está viniendo, con lo mucho que estoy sintiendo, con lo que soy y seré capaz sin esa pesada carga, una vez que quememos todo su rastro.  

No puede comprenderse, ni lo pretendo, porque es algo que solo yo, y creo no equivocarme al decir que ahora Tu, puedo comprender, y por eso solo yo puedo luchar, pero solo nosotros también podemos ver estos pasos miseros que estoy dando.

Ahora, mi Señor, puedo mirar en mi interior, puedo enfrentarme a mi misma y ver aquello que me priva de cumplir nuestros anhelos, puedo ser sincera conmigo misma y contigo, y no imaginas lo bien que me siento, a pesar de la dificultad que entraña, cuando nada te oculto, cuando por fin puedo decirte como soy y siento.

Nunca pensé que debía ser de este modo, pero ahora lo siento tan claro que no concibo como pretendía que fuera de otro distinto, por eso, si no me despisto con mis travesuras, me parece tan sencillo, me fluye desde dentro comprendiendo a la perfección aquello que estoy haciendo, y sé que te sientes orgulloso cuando lo ves, porque sientes que por fin están dando fruto, tantos esfuerzos como has hecho para hacerme ver.

Te he hecho dudar de mi en muchos momentos, he acabado con Tu paciencia y te he obligado a cosas que jamás hubieras querido, por ello, a parte de pedir perdón, que de poco sirve sin más, seguiré trabajando para demostrarte el valor de quien tienes a Tu servicio, para crecer entre Tus manos, para llegar a ser por fin quien soy y para ser siempre Tu orgullo, no porque sea perfecta y todo lo haga bien, sino porque sé como hacerlo y sé asumir cuando no lo hago según corresponde y poder así, mediante Tus enseñanzas, reconducir mis descuidos. 

Gracias por ayudarme a apreciar estos pasitos que doy, al igual que me ayudas en aquellos que retrocedo...

A Tus pies