Traición y Respeto

No sabría si decir que esta pasada noche ha sido difícil,  es cierto que no tenía muy buena pinta de inicio, y es cierto también que no he descansado mucho ni física ni mentalmente, pero lo que auguraba como una noche complicada ha acabado siendo una noche de rencuentro conmigo misma y los sentimientos negativos que me embargaban al comienzo de ella han desaparecido y dado lugar a la serenidad y al convencimiento personal.

Soy una persona exigente, eso imagino que a estas alturas ya todos lo habéis visto, no solo conmigo misma sino con los demás también, y hay ciertas cosas que me duelen y mucho, llevándome a sentirme traicionada y decepcionada. 

Es un sentimiento que me cuesta controlar, y sé que es porque en ocasiones espero ciertos comportamientos de aquellas personas que confío se comportarían de dicho modo, pero olvido que todos somos personas y hay cientos de condicionantes personales que nos llevan a actuar de otro modo al que en teoría sería el adecuado e incluso el que solemos predicar.

Sé que no podré dejar que ante esas situaciones las emociones me sobrecojan, no podré evitar que me parezca mal lo que veo mal, pero si puedo trabajar mi comprensión hacia los demás y hacer que esas situaciones no sean motivo de pesar para mi corazón.

De ese modo esta noche, albergué esos sentimientos de traición en los momentos iniciales y poco a poco, quizás porque cada vez tengo más ordenadita mi propia armería, fui dejando de lado eso y centrándome en mi misma.

Es evidente que duelen los actos de los demás, pero debo ser objetiva, valorar hasta que punto me afectan realmente para mi día a día, que me aportan en realidad y si vale la pena sentirlo porque sea importante para mi vida y por ello decidir, si debo luchar o debo dejar que fluya sin más, que pase por mi lado pero no se instaure en mi.

En este caso decidí que no tenía nada que decidir, que es algo ajeno a mi y que aunque descubrir un paso en falso de alguien a quien aprecias no es agradable debo respetar las opciones de los demás, ser comprensiva y paciente como a mi me gusta que lo sean conmigo, y dejar que cada uno recorra el camino como mejor considere.

Así, me serené, y mi pensamiento me llevó hasta mí misma, porque estoy segura de que he causado este mismo sentimiento en muchos de los que se han cruzado en mi camino, seguro que hay quien no entiende muchas de mis maneras de hacer, que se sienten traicionados por mi y creen, a su manera de ver, que me estoy equivocando completamente.

Evidentemente no es agradable hacer daño a los demás, aunque no sea para nada la intención, pero soy consciente en muchas de mis decisiones, he herido, decepcionado o incluso despreciado a quien con buena intención pretendia o esperaba otras cosas de mí.

Tengo muy claro mi camino, por primera vez en mi vida estoy siendo capaz de ser sincera conmigo, de escucharme y ver que quiero. Estoy siguiendo mis propias elecciones, acertadas o no, y procurando ser consecuente con ellas, apostando por ciertas cosas y desestimando otras que creo perjudican a mi objetivo.

Eso mismo es lo que creo que hacen los demás, partiendo de las buenas intenciones (aunque malos bichos también los haya, no hablo aquí de ellos) todos miramos de dar nuestros pasitos, en busca de nuestra propia felicidad, y por supuesto que algunos de los actos son contrarios a los pensamientos de nuestros amigos/compañeros, y sacrifiquemos en ocasiones posibles buenas relaciones por nuestros propios condicionantes.

Hay momentos en que tienes que dejar espacio, respetar las elecciones de tus allegados y caminar en paralelo hasta que los caminos se vuelvan a encontrar, si es que hay posible cruce de nuevo.

En ocasiones quiero controlarlo todo, que se haga todo a mi gusto, lo confieso, pero mis reflexiones sirven para reconducirme en esas actitudes que no me conducen a nada positivo.

Vive y deja vivir...¿buena frase verdad?

Un besin y feliz día...