Pleasure Shelter: Despeinada...

martes, 11 de diciembre de 2012

Despeinada...



Recuerdo con mucha claridad como de pequeñina mi madre se esforzaba por que su niña fuese monísima, toda conjuntadita de pies a cabeza, y como se afanaba en repeinar mi pelo rebelde, a veces incluso con coletas tan tirantes que me costaba cerrar los ojos, adornadas con lacitos a conjunto con la ropita que había elegido para mi ese día…

También recuerdo como tan solo salir por la puerta de casa todo aquello desaparecía, de un tirón quitaba lacitos, gomitas, clips, y sacudía con fuerza mi cabeza para dejar a su aire mi larga melena.

De igual modo, esos zapatitos lustrosos, no solían llegar a la calle, porque siempre tenía a punto mis zapatillas, esas que nunca pasaba nada si se ensuciaban, se rascaban o sufrían cualquier percance.

Y también recuerdo que aquellos vestidinos tan cucos solían volver sin los volantitos, sin lacitos, sin florecitas bordadas en relieve, sin….vamos que hasta que descubrí que podía llevar mis tejanos y mi camiseta en la mochila y cambiarme, diseñaba (según mi madre destrozaba) a mi gusto la vestimenta…

Podéis imaginaros las regañinas al volver cada día a casa, y oír una y otra vez que era un “perico pelón” (aún hoy me pregunto que leches sería eso), que no había manera conmigo, que…bla bla bla…y una que es contestona volver a rechistar cada día…”pues contigo tampoco…¿Por qué me pones eso? NO ME DEJA JUGAR!!!”.

No sé si alguna vez habéis probado por ejemplo a subiros a un árbol con esos vestiditos, con los calcetines caladitos que se enganchan en todos lados o esas preciosas merceditas de charol que resbalaban como los mejor patines…

La frase más oída de mi historia es: “no tienes remedio hija”

Y seguro que os estaréis preguntando porque os cuento esta sarta de tontadas hoy…pues muy fácil…es porque sigo siendo igual…y realmente veo que no tengo remedio…pero ahora soy consciente de que no quiero tenerlo tampoco…eso es lo que ellos no comprendían…

Quiero vivir mis días despeinada, con mi melena a lo loco, quiero seguir arriesgándome, quiero seguir luciendo mis marcas (o las Suyas), como esos moratones que adornaban mis piernas por subirme a los columpios en marcha y eran todo un orgullo para mí, quiero no parar un segundo, quiero sentir la fuerza de mi ímpetu,  mis ganas de hacer cosas, mis absurdas ilusiones, todo lo que forma parte de mí.

Nunca me había sentido comprendida, rodeada por una familia tradicional, con hermanos tranquilos, estudiosos, y yo siendo un “perico pelón”…

No es por criticar, pues sé que jamás lo puse fácil, al contrario, tenía muy claro aquello que me hacía sentir bien conmigo misma, tenía mis ideas desde muy pequeñina muy claras de lo que eran mis bases, y creo que justamente por eso, era aún mucho más rebelde.

Es difícil sentirse fuera de lugar, aunque imagino que a muchos críos les pasa, pero al ir creciendo, aunque sigues teniendo en tu interior tu esencia, te acostumbras a hacer “lo debido”, y crees que lo que tu deseas, que tus sueños, son solo fantasías infantiles, que debes dejar de lado cuando pasas a convertirte en una mujer. Por circunstancias de la vida tuve que hacerme mujer muy pronto, pero cuando me quedaba a solas conmigo misma seguía soñando con lo mismo, deseando exactamente lo mismo, y aunque no lo dijera pensando también del mismo modo.

Ahora comprendo que aquello que sentía, mis sueños, mis ideas,  son tan solo una forma de entender la vida, unas prioridades tan validas como las de los demás.

Puede parecer mentira, pero desde que comparto mis días con mi Señor, me he vuelto a sentir como aquella niña despeinada, fuerte, valiente, sin miedo a disfrutar, a vivir del modo en que me siento bien conmigo misma.

Es como si Él comprendiese a la perfección lo que siento y como entiendo la vida, y de ese modo, es capaz de reconducir todo aquello que no me hace bien, pero respetando mi forma de ser, dando importancia a lo que realmente tiene y no exigiéndome una perfección que no poseo, porque no nos olvidemos de que soy un “perico pelón”.

No puedo negar que mi rebeldía estaba presente, sobre todo al principio de nuestra relación, porque me negaba a peinarme de nuevo y ponerme los calcetines caladitos (ya me entendéis), pues lo que de mi vale no es eso, es lo que albergo en mi interior, es la vida que mi cuerpo posee, y que quiero desgastar hasta el último centímetro con Él.

Hoy tengo claro que con Él puedo ser quien soy, porque sabe ver en mí, y sabe llevarme para que disfrute de cuanto poseo, sin limitarme pero encauzando mi ímpetu para que los frutos sean posibles, y de ese modo disfrutar mucho más juntos.

Me gusta sentir, me gusta amar, me gusta vivir, me gusta… estar despeinada!!!…

Mi Señor….¿quieres despeinarme mucho mucho mucho?...mmmmmmm ;)


10 comentarios:

  1. JAJAJAJA,,, SI ES QUE TODAS LAS MADRES SON IGUALES,,, YO ODIABA ESOS PEINADOS CON LA RAYA A UN LADO,,, EN CUANTO SALIA POR LA PUERTA ME DESPEINABA, ALA!!! MELENA AL VIENTO. SE SENTÍA UNO COMO MÁS LIBRE.

    UN BESAZO DANA!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. no me digas eso...:!!!!todas????? uuuuuuufffff....jijiji

      Por supuesto que la libertad se sentía llevando el pelo suelto...sin tanta historia...jiji...

      Un cordial saludo

      Eliminar
  2. Normalmente somos lo que hemos sido, yo lo tengo clarísimo, la infancia es la preparación de la adolescencia y la adolescencia la preparación de la madurez.
    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. vaya...asi que...de verdad no tengo remedio???
      guardaba aun alguna esperanza de que alguien me dijera...no mujer! ya veras que si....

      Snif....jijiji

      Un cordial saludo

      Eliminar
  3. Me encanta la vitalidad que desprenden tus palabras. Creo que ser uno mismo puede llegar a ser agotador, pero que ser quien no somos, además de extenuante y a diferencia del primer caso, marchita por dentro y no aporta gratificaciones.

    Me quedo con estas palabras: "Lo que vale de mí... es la vida que mi cuerpo posee y que quiero desgastar hasta el último centímetro con Él."

    Así se habla, a desgastar a tope!!!

    Un beso.


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bienvenida al refu...es un placer contar con tu presencia y tus palabras!!!

      Mola desgastarse eh???...sientes como todo tiene sentido...vivir los cuatro dias que tenemos a tope!! jijiji

      Besines!

      Eliminar
  4. Tal vez eso sea parte del secreto de la felicidad, ser quien uno es, y disfrutar siéndolo, creo que todas las madres tienden a parecerse, a querer disfrazarnos de muñequitas... recuerdo que mi hermana pequeña decía que mi madre tiraba tanto del cabello al hacerle las coletas que le ponia los ojos chinos, y ella al igual que tú al dar mi madre media vuelta ya tenia los cabellos sueltos..... Me alegro de que te sientas realizada al lado de tu Señor, hay algo que nos aporte mas felicidad?
    Un saludo, como siempre un placer leerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un placer para mi tenerte por aquí.....
      Ains esas mamis....si es que somos sus muñequitas pero yo le salí un poco alocadina...pobrecita los dolres de cabeza que le di....pero lo importarte es ser fiel a uno mismo, aunque claro de pequeño pues es bastante complicadito el tema....

      Completamente realizada....y a por más!!!!

      Besines

      Eliminar
  5. Es maravilloso como, aunque se intente ahogar el verdadero instinto que surge de niños, luego sale salvaje y flota. Y lo mejor es cuando encuentras a alguien con quien compartirlo, enhorabuena :)

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cada uno es como es...controlamos mas o menos pero....poco mas....la esencia está...y por supuesto nada mejor que alguien desee compartir aquello que posees y sea capaz de disfrutar con ello....mmmmm,m

      Gracias....

      Besines

      Eliminar