Pleasure Shelter: Frontera

domingo, 2 de diciembre de 2012

Frontera

Salgo de mi para reconocerme, para dejarme ver y para mostrarme a mi misma qué y cómo siento cuando la frontera está tan cerca.

Aunque me acerco sigilosa conociendo aquello que me espera tras ella, siento el temor al aproximarme, pues un solo paso más, o medio, desencadena todo cuanto no deseo.

Debería, sin duda, ni siquiera acercarme, no se porque insisto en conocer todos los límites que conforman el territorio, ¿porque la curiosidad me puede si ya sé lo que con ella sucede?. 

Escucho una voz silenciosa, acuden prestas las respuestas que yo misma me concedo y el vértigo se apodera de mi visión nublándome toda posible reacción.

Entonces, solo entonces, me doy cuenta de que se acerca, noto la presencia de esa divisoria que siento más no veo, que engalanada con sus mejores trajes me reclama, me tienta con frutos prohibidos y me atrae con placeres inciertos.

NO!, me digo a mi misma, y sintiendo mi débil forma busco oculto refugio donde su falsa magia no me alcance. 

Se aproxima a la guarida, sabe también todos mis trucos, promete gloria donde solo hay dolor, disfraza sentires aludiendo juegos inofensivos, creyendo que así podrá hacerme cruzar.

Entre el polvo que levanta, entre la espesa bruma que la encubre, hay una luz distinta, hay un faro intermitente que reclama mi atención, y desdibuja esos deleites que tan afanosamente me ofrecían.

Del embrujo de tan adulterada belleza el haz consiguió rescatarme, devolviéndome a mi hogar, lejos de tan peligrosa frontera. 

Le recriminé que no estaba e insistí en que nunca más se marchara. Dijo que siempre estuvo más yo no la miraba, y mientras mis lágrimas resbalan por mis cálidas mejillas, desahogando el temor de tan arriesgada aventura, me cegó por un instante al coger una de esas blancas lágrimas y con un fuerte destello se hizo piedra en mi lágrima.

De ese modo, siempre la llevo conmigo, siempre brilla en mi oscuridad y palpita junto a mi corazón haciendo gala de su valor. 

Me aferro con fuerza a ella, la contemplo, la mimo, porque jamás de mi se desprende para hacerme sentir segura, protegida, guiada, reconociéndola como la luz que me guía y me alienta.

Quien la ve cree que es simple, que carece en su forma de todo valor, pero nosotras sabemos la verdadera esencia que esconde, su motivo, su vivir en mi y tanto como juntas hemos ya recorrido.

De nuevo hoy, fue ese haz de luz que me sacó de la tiniebla, de nuevo doy gracias porque siempre me recuerde donde habito, donde me hallo y hacia donde encaminar mis pasos.

Nunca sabré porque eligió esa lágrima, ni quien la impulsó a salvarme, pero no quiero perderla por mucho tiempo que pase...

Doy las gracias una vez más...

2 comentarios:

  1. ES DE BIEN NACIDO SER AGRADECIDO,,, Y PEQUEÑAS COSAS,,, AL FINAL RESULTAN SER MUCHO MAS GRANDES DE LO QUE PARECE.
    UN BESAZO DANA!!!

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    1. En este caso el agradecimiento siempre es poco...jamas podré dar suficientes gracias....será porque como dices tu es mas grande de lo que parece...

      Un cordial saludo

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