Piruleta

Justo ahora acabas de irte, y al hacerse el silencio y quedarme a solas conmigo misma me doy cuenta de cuan similares siguen siendo las cosas y a la vez que distintas son.

Durante nuestra conversación he experimentado muchas de las sensaciones que a pesar de los muchos días que llevo sirviéndote sigo sintiendo, exactamente igual que el primer día que hablamos...

Serán cosas simples, pero sigo teniendo un "respigu" con ese "jha" que dejas ir de vez en cuando, sigo emocionándome cuando me cuentas algo Tuyo personal, y cuando te quedas en silencio sigo preguntándome "¿que estará pensando?", y me muero de ganas de que hables de mi con posesión, pues ese "mi sierva" me vuelve loca desde la primera vez que te lo oí. 

Quiero saber de Ti, nunca tengo suficiente. El deseo me abrasa, incluso más que antes. Cuanto más te conozco más quiero hacerlo...Y sobretodo sigo queriendo averiguar como ser cada día más Tuya, como mejorar todas aquellas cosas que sé que me alejan de mi deseo.

Quizás hoy no debería decir nada, porque estoy realmente muy tontina, pero ésta tontina también soy yo, y sé que mis palabras fluyen sin tapujos cuando mis sensaciones están tan a flor de piel, y aunque pueda pensar dentro de cinco minutos "danita eres una ñoña", esto que escribo es tan cierto como que te pertenezco, y...¿porque no expresarlo?

Lo mejor para mí, es ver que no solo yo tengo el insaciable anhelo de ser Tuya, sino que Tu también sigues deseándolo, sigues esforzándote por hacer de mi aquella buena sumisa que intuiste en esos primeros días y que prometiste que haríamos si me dejaba enseñar por Ti. Por eso, cada vez que me dices un "molt bé", un "buena chica", o "me gusta esa actitud" o cualquier frase similar, me regalas un cielo plagado de estrellas. Nada mejor puedes darme que lo que siento con ello.

¿Me conformo con poco?...no lo creo...

Esas palabras nunca son gratuitas, esas palabras son una recompensa, un reconocimiento personal y  no solo para mí, porque yo sola no sería capaz de alcanzarlo. Esas palabras no son frase hecha, son  el motivo de nuestro trabajo en equipo, de todo aquello que Tu enseñas y de todo aquello que Tu aprendes para hacer posible que yo lo haga. Sea como sea, es nuestro proyecto común.

Y a la vez es diferente, todo muy distinto, porque todas aquellas dudas, aquellas inseguridades, temores, van perdiendo consistencia, se va fundamentando nuestro vínculo y creándose un lenguaje común, no basado principalmente en palabras, sino en sentires compartidos, con un motor común que hace posible que nos compenetremos, que es la confianza.

Eso ha cambiado muchísimo, y por ello, puedo decir que es completamente distinto. Es lógico por otro lado que así sea, porque sólo el tiempo hace que sea posible, que todo el desconocimiento que inevitablemente produce recelo se vaya quedado por el camino, y se abran unas puertas nuevas, que aunque desconocidas en su forma, no lo sean en su fondo, pero que eso ya no  es importante, porque sabemos que no hay entre nosotros más que el deseo de hacer del otro alguien feliz en su elección, que avance en aquello que desea y siente, Tu como mi Señor y yo como Tu esclava.

Siguen habiendo barreras, y siempre las habrá, y aunque hayamos superado juntos muchos retos, que hoy, a pesar de que no nos paremos a verlos, están completamente superados e integrados de forma natural en nuestra relación, haciéndonos disfrutar con su desarrollo y no causando para nada el temor inicial. 

Esas barreras de hoy, no lo serán "mañana", igual que pasó con el resto, porque no hay nada que la voluntad, la paciencia y el deseo no puedan conseguir. 

Evidentemente, no me agrada ofrecerte impedimentos, ni que mis inseguridades te obliguen a buscar como superarlas, pero aunque sé que es duro para Ti, también sé que es parte de aquello que elegiste libremente, y que al igual que me pasa a mí, cuando lo consigas, sentirás la satisfacción del logro, y ese "buena chica" será también un premio para Tu conquista, porque sé lo que estarás sintiendo.

A veces mis ansias por entregártelo hacen justamente que sea mi propia condena y cree, cuando no las hay, tensiones absurdas, que imposibilitan que te entregue justo aquello que ansío. Parece ilógico pero es real.

Por eso, hoy no voy a fantasear pensando en entregarte la perfección, en que todo sea de calidad suprema, en prometerte el súmmum del súmmum, en darte lo que mereces, sino que hoy soy consciente de mis limitaciones, de que es imposible que te de TODO y YA, por mucho que lo merezcas, que sobre eso no tengo la menor duda.

Pero si te daré lo que tengo, lo que soy, lo que ahora puedo darte, no solo lo bueno que poseo, sino te daré inclusive mis miedos, las tensiones que tanto nos fastidian, y todos mis defectos para que los conozcas, para que cuando surjan pueda con la confianza que hoy tengo ante Ti, mirarte y asumir que eso que tanto me avergüenza y desearía esconderte ya no será así, porque no es necesario que lo haga, al contrario, es necesario que me exponga crudamente, aunque siempre tenga el miedo de perderte, porque eres increíblemente valioso para mí. 

Sé que fallaré, que tendré días mejores y días peores, que lo que di ayer con facilidad quizás hoy me cueste, no porque sea peor que ayer, sino porque hay algo, a veces minucias que hacen que sea distinto. Somos personas, e igual que comprendo que Tu puedas tener Tus más y Tus menos, Tu también comprendes eso y no esperas que sea infalible, sino que en cada momento entregue la plenitud no la perfección, aunque en ella estén mis miserias.

La cuestión creo que es la actitud, es la aceptación de aquello que soy, disfrutando de todo cuanto logremos y asumiendo con decisión lo que conlleven los errores.

Seré corregida, por supuesto, e instruida en todo aquello que más me cuesta, pero también premiada por el esfuerzo y mis ganas, aunque no siempre resulten logros.

Sé que una sumisa por definición debe satisfacer en TODO al Amo, sea lo que sea, porque para eso existe, pero yo no soy capaz de darte lo que no tengo, por mucho que lo desee, pero si soy capaz de darme a mi misma, para que trabajemos juntos e ir poco a poco superándome para satisfacerte cada día un poquito más. 

Eso es lo que deseo, eso es lo que te ofrezco, creyendo de antemano que es cuanto me pides.

Sé que mereces algo mejor, pero también sé que de mi puedes llegar a obtenerlo...