Pleasure Shelter: Clarividencia

lunes, 4 de marzo de 2013

Clarividencia

A veces creo preferir no ver, que la ingenuidad que creía poseer me siga invadiendo, pero renací, desperté del profundo sueño en que me hallaba, obligada por el temor permanecí callada, cegada, inmóvil  dejando que el tiempo transcurriera como si fuera dentro de un tren que marcha a toda velocidad.

Aunque prefiera no ver porque hacerlo duele, sé que vivir en el engaño solo me ha ocasionado mayores tormentos, sé que me dejaba llevar por todo cuanto me rodeaba, sintiéndome zarandeada por las olas en mi inestable balsa, procurando mantener un equilibrio que no poseía, y angustiada por no ser capaz de anclarme en buen puerto y vivir allí la vida que quería para mí.

No se trata de estar ajeno al mundo, de aislarme en la caverna de mis instintos primitivos, sino de caminar con paso firme entre mi entorno, escuchar pero no dejar que el ruido me distraiga, no imponer pero tampoco dejar que me impongan aquello que no deseo.

El crecimiento implica ver en mi interior, conocerme a mi misma, algo tan temido por sentirme incapaz, pero algo que a día de hoy me lleva a saber, a ver con claridad aquello que realmente forma parte de mí y aquello que adquiero debido a tantos agentes externos que impactan indiscriminadamente sobre mi ser, y poder discernir si los quiero o solo son virus invasores que hay que eliminar antes de que causen un mal.

A veces siento como si tuviera "superpoderes", como si mi visión fuera tan clara ante ciertas cosas que me parece increíble y también doloroso, ver las intenciones ocultas, las artimañas, trampas y usos que se le da a aquello que debería ser usado con naturalidad y simplicidad.

Vivir en la ignorancia a veces es más sencillo, y despertar como yo lo estoy haciendo es no menos que chocante, y gestionar estas visiones de mi misma y de mi entorno no es sencillo.

Es verdad que mi capacidad de análisis se está volviendo más práctica, aunque aún me queda mucho camino por recorrer en este sentido, y desenredo los ovillos con mucha más facilidad, llegando a las conclusiones que me permiten continuar y no quedarme parada como si hubiese metido los pies en un bloque de hormigón y el agua me llegara hasta el cuello, teniendo que esperar a que alguien me saque o el sol evapore el agua para volver a respirar.

Ahora estoy centrada, y cuando las olas impactan, pues éstas no pueden controlarse, la experiencia en un mar tormentoso me hace luchar con firmeza por aquello que sé que es mi forma, y cuando la tormenta pasa, elevarme como águila y procurar ver con cierta distancia los daños causados y como pude haber hecho para que éstos hubieran sido menores.

De todo se aprende, y aunque me negué en mi menosprecio a luchar, ahora llegó el momento y no puedo ya dar marcha atrás porque mi propio impulso me empuja hacia delante, a continuar por este camino que emprendí no hace mucho tiempo, sabiendo que es el único modo.

Mis miedos me condicionan terriblemente, y tengo demonios que me han acompañado durante la vida, que se han alimentado de ellos, creciendo fuertes a la vez que me debilitaban a mí.

Creían que al hacerlo jamás los vería, porque estaba tan hundida que resurgir pensaban que era imposible, pero descuidaron muchos factores, porque estaban tan centrados en su propio alimento que no repararon en  que mi deseo y la esperanza, me ha ido dando fuerza y de tantas caídas se aprende.

¿Sabéis que los demonios también tienen miedo? miedo a dejar de ser tu miedo, pánico a que otros le roben su lugar y que dejen de ser el centro de tus tormentos...

Cuando lo ves, cuando decides actuar en consecuencia y dejar de pensar en ello, cuando les descubres escondidos riéndose cruelmente y en vez de luchar contra ellos los ignoras, se esfuman, desaparecen y entonces has descubierto el arma que usar contra ellos.

Vuelven, puedo asegurar que son realmente persistentes y usan armas más poderosas para contrarrestar las tuyas, pero...yo también...

Es doloroso, muy doloroso sobretodo cuando ves que los miedos provienen de algo que tu creías bueno para ti, cuando descubres que estabas apostando por algo que solo te causa desasosiego y debes desprenderte de esas sensaciones, aceptar que te hacen mal y prescindir de esa carga para poder dar un paso más hacia tu propia felicidad.

Supongo que la mayoría ya lo habréis leído, pero mi Señor puso unos preciosos versos en su blog titulados como "Dame", y hoy, al enfrentarme de buena mañana a la clara visión e identificación de uno de esos miedos que en otra ocasión me hubieran atormentado durante horas, han acudido a mí, y he sentido Su deseo, tantas otras veces sentido y he visto el arma que usar:

No dejaré, mi Señor,
que me atormente mi temor,
Tu guía me ha mostrado
como debo combatirlo.

Sin fuerza le dejaremos,
porque de nada nos sirve,
al volcar la pena que me inflige
cuando se apodera de mi.

Quisiera darte en esta mañana,
la belleza de mi entrega,
pero debo hoy compartir
aquello que me frena.

A Ti vengo, sin dudar,
y por el camino pierdo,
con la intención de darte,
la angustia que me turba.

Ayúdame con ésta suplica
a abandonar mi miedo,
que nada encarcele
mi anhelo de llegar a Ti.

Así con estos versos en Sus manos puse mi temor y aunque olvidarlo no quiero, le quité la fuerza y nada más sentirlo sonreí de nuevo.

Feliz lunes.


No hay comentarios:

Publicar un comentario