Pleasure Shelter: Los recuerdos son caprichosos...

lunes, 3 de junio de 2013

Los recuerdos son caprichosos...

No sé porque justamente hoy ha acudido a mi un recuerdo de hace ya mucho tiempo, y me sorprende que durante tanto tiempo lo haya guardado allí donde se guarden los recuerdos sin siquiera haberme percatado de que ahí lo mantenía.

Quizás sean realmente caprichosos y emerjan de su rincón simplemente cuando les apetezca o puede que los almacenemos a la espera del momento justo en que los necesitemos. Desconozco por completo como funcionan, porque acuden en nuestra ayuda o para nuestro tormento, según sea el momento.

No era precisamente un buen recuerdo, y no lo era porque las sensaciones que rememoraba en ese momento no eran agradables. Al venir de nuevo esa situación a mi memoria recordé también la desazón que sentía, el desanimo y la frustración que me generaba, pero ese recuerdo a priori negativo me vino a decir algo, o puede que yo misma lo evocara para hablarme, como si de una moraleja de cuento se tratase.

Sin alargarme mucho, o así lo pretendo, os contaré cual fue y como lo acogí hoy...

No debía tener más de 13 años, y en esa edad de búsqueda incansable de uno mismo, donde sientes no encajar en nada de lo que te rodea e incluso tu propio cuerpo te resulta un desconocido, coincidí con alguien que a pesar de ser parco en palabras, de las cuales en ese momento entendía muchas menos de la mitad, siempre conseguía transmitirme la serenidad que tanto necesitaba.

Yo era (soy) pasional, impulsiva y extremista, dejando que todo me afecte de manera exagerada, para bien o para mal, así que ya podéis imaginar la adolescencia tormentosa a la que me enfrenté.

Estando un día, recuerdo perfectamente la imagen como si tuviese una fotografía en mi mente, conversando, mejor dicho despotricando de la mierda de vida, dije que no entendía mi lugar en este mundo, que parecía que no existía aquello que me hiciera sentir bien conmigo misma, y que estaba completamente agotada (triste para una niña de 13 años) de buscar ese inexistente lugar.

Esa persona me escuchaba, dejaba que vaciase la ponzoña que viajaba por mis venas, y aunque jamás fui sincera del todo, siempre hablando con supuestos y analogías, su atención me hacía creer que podia llegar a adivinar y comprender la verdad de mis palabras, y pedía a gritos que me obligara a vomitar el enredado ovillo que obturaba mi garganta.

Cuando terminé de soltar mi miedo en forma de atropelladas y absurdas palabras, mis desbordadas y aparentemente exageradas lágrimas mojaban su regazo, donde como una apesadumbrada niña me recosté sin más vergüenza que aquella que ya había dejado salir durante mi descarga.

Me acarició el pelo y solo dijo: "continua sin desfallecer, cuando llegue el momento sabrás cual es tu lugar, comprenderás para que has venido a este mundo, y puedo asegurarte, que no es solo para sufrir"

En ese momento la miré con rabia, la hubiese matado por esas palabras que califiqué como vacías y estúpidas, y salí corriendo dejándola allí sentada, sin siquiera mirar atrás...

Nunca más supe de ella porque su destino la llevó lejos de allí, y antes de olvidarla (o eso creía) me enfadé muchísimo por creer que ante mi estrangulador dolor usaba frases hechas, creí que era desinterés y cobardía y, desestimé esas palabras que hoy volvieron caprichosas a mi recuerdo.

Si vino a mi en este momento, es porque aunque despreciara ese gesto, aunque me enfrentar a él con rabia y soberbia, ocupó un lugar importante, como una enseñanza que guardé para cuando estuviera dispuesta a escucharla y a entenderla.

¿Quizás fue un regalo de una de esas almas que se cruzó en mi vida y no le hice aprecio?
¿Quizás contenían esas palabras una esperanza en la que yo no creía?
¿Podía saber ella que había un lugar para mí y que sería capaz de encontrarlo?...o...¿fue realmente una frase hecha para salir del paso?  

Nunca sabré ya la respuesta, pero me ha hecho reflexionar y darme cuenta de que tenía razón...

6 comentarios:

  1. Es cierto, los recuerdos son caprichosos y el mecanismos de almacenamiento y recordación una verdadera incógnita. Se dice que el subconsciente registra absolutamente todos los sucesos de la vida, pero por alguna razón sólo se accede a algunos de ellos y muy pocas veces lo que se quiere.

    Respecto a "continua sin desfallecer, cuando llegue el momento sabrás cual es tu lugar, comprenderás para que has venido a este mundo, y puedo asegurarte, que no es solo para sufrir" , estoy de acuerdo parcialmente. No conozco a nadie que tenga la certidumbre de por qué está en este mundo, ni siquiera si existe ese por qué.
    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Para mi la certidumbre que tu comentas llega cuando te sientes bien con lo que haces, cuando la busqueda cesa porque ya lo has encontrado...
      Es algo personal y bastante abstracto pero yo así lo siento...

      Gracias por compartir tu opinión, me gusta ver los diferentes puntos de vista...

      Un cordial saludo

      Eliminar
  2. Las reacciones de la adolescencia... son imprevisibles...
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las mias son siempre un poco imprevisibles porque soy bastante impulsiva, aunque con los años tambien eso está cambiando...será que me hago mayor?;)

      Besines

      Eliminar
  3. Sabias palabras que da igual como fueran dichas, son muy ciertas y si ahora han venido a ti será porque a lo mejor tu subconsciente sabe que puedes necesitarlas...la mente es caprichosa pero siempre he creído que muy lista también...

    Jope...cuanto por leer hoy aquí, no puedo despistarme tanto jeje!!!

    Besines

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Creo que así es, que han venido en el momento justo, aunque no se muy bien como funciona su mecanismo me gusta su espontaneidad y su practicidad...

      Besines despistadina!

      Eliminar