Sentir en mí lo que un día anunciaste,
ver cumplido el esfuerzo de Tus instantes,
recibir el premio de mi constancia
y compartir el deleite en nuestra estancia.
Saborear placeres a priori negados,
ojear ilusiones de un colosal abanico,
curiosa esperanza al destapar novedades
y leer en Tu mirada que más me depara.
Descubrir que mi credo son mis realidades,
haciendo viables mil imposibles,
que abren la puerta a sueños factibles
de un más allá que se revela.
Agotar esas horas que son un regalo,
celofán de colores que usamos a un tiempo
definiendo contornos que no son frontera,
dibujando un ahora de luz y de fe.
Volcar mis anhelos en Tus esperanzas,
entregarte mis sueños y también mis recelos,
fundar un enlace con firmes deseos
partiendo de aquello que un día intuiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario