Creo que a estas alturas no voy a sorprender a nadie si afirmo que a veces, bastantes, las sumisas realizamos prácticas, posturas y/o tareas que nos resultan humillantes o nos producen cierta vergüenza (tema a parte está la, en ocasiones, asociada incomodidad), sobretodo las primeras veces, pero también, o quizás justamente por eso, nos aportan sensaciones deseadas, emociones buscadas y placeres difícilmente recibidos en otras situaciones.
Y aunque, sobretodo en esas primeras veces, la humillación y la vergüenza, pueda suponer una traba a superar, la confianza y la satisfacción observada en nuestro Amo, suele hacer que esas sensaciones se magnifiquen y, donde podría haber reticencia hay deseo de complacer, de experimentar, de disfrutar y de compartir.
Muchas veces son prácticas para nuestra propia instrucción, otras para el puro deleite de nuestro Dueño, y otras, ¿porque no? de utilidad para el quehacer de nuestro Señor...
La imaginación es algo que entra en juego y estoy segura de que la mayoría nos hemos sorprendido ante Su capacidad de inventiva, como de la nada idean las mil y una, como hilan una cosa tras otra dejándonos a cada cual más alucinadas.
No podemos olvidar, porque es una realidad, que no suele resultar sencillo, pero no podemos negar, que nos divertimos de lo lindo con esas cabecitas ingeniosas que nos sacan los colores y nos ponen en un montón de aprietos, pero que nos encantan...¿acaso estaríamos aquí si no fuese así?
Os deseo en este primer lunes de septiembre, como si del nuevo curso escolar se tratase, muchas muchas muchas apasionantes perversiones y mucha dulce sumisión, que no se acabe nunca la fantasía de nuestros Amos y que nosotras seamos capaces de satisfacerles y disfrutar con ello...
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