Anoche entre el calor del deseo y la luz de la pequeña llama
mi alma en un desenfrenado grito suplicaba la candente entrega,
gota tras gota derramada sobre mi piel erizada
bailaba al ritmo de un arpegio que a penas comprendía,
pero la intensidad del ritmo fundido como una doble envoltura
pedía no detener el compás que a ella me unía.
Nunca experimenté con ella antes igual sintonía,
creyendo no poder jamás modelar su color en mi cuerpo
perdiendo la cuenta de su goteo quise una más y después otra,
y mientras ello con naturalidad sucedía
en mi mente puse cada uno de los muchos instantes.
Cuando fui tal como anhelo y pude ver así Tu orgullo;
cuando no conseguí darme a pesar del esfuerzo;
cuando me quedé a un solo paso y Tu lo acompañaste;
cuando equivoqué mi senda y sin temor la corregiste;
cuando superé el obstáculo porque juntos lo enfrentamos;
cuando dije el primer sí confiando en Tu destreza
y en todo aquello que sentía aunque no lo entendía.
Miles de instantes reunidos en uno solo,
un nuevo comienzo fruto de la constancia,
y asumiendo los vaivenes nacidos del momento
sé que fue una vez y de ella nacerán las demás,
porque no hay nada como el creciente deseo
que sólo Tu imprimes en mi alma de donde todo parte.
Anoche entre el calor del deseo y la luz de la pequeña llama
mi alma en un desenfrenado grito suplicaba la candente entrega.
UNA VELADA EXCITANTE...
ResponderEliminarUN BESAZO DANA!!!
Me alegro de que así te haya parecido.
EliminarUn cordial saludo