Durante todo el día, ella no ha dejado de sentir las sensaciones reconfortantes que Él, ayer, le confirió al ayudarla a adquirir la serenidad de su entrega.
Puede sentir su respiración pausada mientras su cuerpo sigue aún agitado, zarandeado por las intensas emociones experimentadas, manteniendo su mirada baja al recordarlo y su amplia sonrisa en el rostro al reconocerse.
Esclava...esclava...
se repite una y otra vez, regodeándose en el sonido de esa voz que, anoche,
la hizo enmudecer y gemir de placer.
Siéntelo...siéntelo...
Esclava...esclava...
Cuanto sentimiento encierra esa palabra....
ResponderEliminar:-)
Me alegro que seas capaz de sentir a través de mis propios sentimeintos reflejados en unas pocas palabras...disfruta pues...
EliminarUn besin