Puedo en ocasiones ser demasiado rigurosa
llevando al límite mi particular sentir,
puedo dejarme llevar hasta el extremo
por las sensaciones que me embargan.
Puedo restar importancia a lo que la tiene,
sin caer en la cuenta de su alcance,
creyendo nulo su auténtico valor
y derogando el indudable mérito.
Puedo no comprender aún la medida,
equivocar la forma y desajustarme con facilidad,
experimentando en mi propio ser
la intensidad de mi impactante esencia.
Puedo dudar en muchos instantes,
desconociéndome aún en mi despertar
y generar millones de personales luchas
que yo misma deberé resolver .
Mas no puedo dudar de la confianza
depositada en Ti, mi Señor,
de la cesión que un día te hice
y se ha convertido en mi bien.
Sin temor ninguno te entrego
cualquier pensamiento en mi día,
y en Tu conocimiento mis actos
para que en ellos apliques Tu guía.
Aunque a veces no lo comprenda,
y Tu parecer me aflija,
no cuestionaré Tus mandatos
que para mi son enseñanzas,
lecciones de nueva vida
que favorecen para Ti mi entrega.
Agradecida por la oportunidad
de aprender a templar mi ser,
por Tus palabras que centran mi ánimo,
y por Tus actos que en el frío me abrigan.
Mi vida a Ti cedida,
cada día más convencida.
A Tus pies, mi Señor.
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