Él la observa, privada de cualquier movimiento, a Su completa disposición, y ella viaja
por las sensaciones que el instante le otorga.
Le embarga, en ocasiones, la impaciencia pues siente la necesidad de entregarse, pero recuerda
que en su obediente espera está ahora Su querer.
Ella siente el gozo de la sumisión cuando ve el orgullo en Su mirada y aunque no lo diga
con Su voz Él se siente complacido con su servicio.
Ella lee en Sus gestos las palabras que le dan la vida:
"Esa es la actitud, así me gusta esclava"
Y tu alma se mece tranquila en la satisfacción que observas en su mirada.
ResponderEliminarUn abrazo dana en Qarpatia
Sin duda la comunión con Él es imprescindible para sentir cuanto ella alberga...a través de las emociones y los deseos...
EliminarUn abrazo!