El huevo o la gallina?

Como sabéis, estos días no estoy muy fina de salud, y según mi querida doctora me quedan aún algunos días, cosa que hace que esta gatita ansiosa se suba ya un poco por las paredes, porque no se me da muy bien esto de estarme quietina ¿verdad mi Señor?...

Parece que todo el mundo se empeña en que trabaje mi paciencia y no tengo mas remedio que ponerme a ello...

El caso es que desde hace algún tiempito, me enfrento a algo que es difícil para mí, pero que es completamente necesario, y aunque no estoy sola porque mi Señor me está siendo de gran apoyo, es algo que debo hacer por mi misma.

A veces, tengo la sensación de que al estarme enfrentando a ello, hace que todo mi cuerpo se resienta, como si toda mi capacidad estuviera volcada a esa lucha y mi cuerpo quedase expuesto, indefenso, y por eso, ahora, estando completamente desarmado es fácil atacarle y no acabo de reponerme.

La verdad es que esa lucha estos días me esta costando más, se me descontrola, me embarga de una forma brutal, en ocasiones tan real que me estremece, lo siento aquí cerca, respirándome al oído, cosa que sé que es completamente imposible, lo que me lleva a pensar que quizás es mi cruel mente la que aprovecha ahora que sabe que estoy bajita para sacar a pasear a todos mis demonios.

Por eso vino a mi la idea...¿que es antes el huevo o la gallina?

No importa, en realidad, sea como sea va a acabar en la cazuela, bien cocinadito, ya sea como huevo frito o como pollo rustidito...

Sacaré las fuerzas de donde sea, buscaré hasta en el más recóndito rincón de mi ser la fortaleza para enfrentarme a ello, porque por fin me siento libre, por fin soy yo misma y me recompensa muchísimo lo que siento, y además vislumbro el final del túnel. No se cuanto tardaré en recorrerlo, los muros que deberé derribar hasta cegarme con su esplendor, pero estoy preparada.

A veces me siento fuerte, y otras como hoy, me siento más débil, pero eso no es excusa para no continuar caminando, si hace falta iré mas lentita, me pararé de vez en cuando a tomar aliento, pero no me detendré, ya no...no hay marcha atrás...

Mi Señor, gracias por estar, por ayudarme en este ascenso y querer compartir esta futura victoria conmigo, pues aunque mucho queda por recorrer, sé que tras este esfuerzo vendrá la recompensa, y Tu y yo podremos gozar de ella...no lo pierdo de vista ni un solo instante, es el motor que me impulsa a liberarme para poder entregarme completamente...

Mi Señor, aunque sé que lo haces de buen grado, siento que debo pedirte disculpas por entregarte lo que ahora te estoy entregando, sabes que no me gusta nada darte mis miedos, mis miserias, el dolor de mi alma, que quisiera volver a esconderlo por siempre jamás, pero me lo pediste, me dijiste que te lo diera y lo seguiré haciendo aunque yo quisiera darte otras cosas...

Sé que pronto te podré dar más, sé que podré darme a mi misma por completo...

A Tus pies.

Feliz día a todos.