Malos hábitos

Imagino que todos al ver esta imagen que hoy acompaña mi escrito pensaréis en lo espabilado que es el crío, en la ocurrencia tan ingeniosa para salirse con la suya, pero yo al verla he añadido algo de mi propia cosecha, y como suele pasarme lo relaciono conmigo misma, con mi día a día.

Según me cuentan, yo era de esas...Escalaba por la cuna para salirme y me tiraba al suelo, ocultaba la comida que no me gustaba, y siempre usaba mi ingenio para conseguir satisfacer mis caprichos.

No tiene porque ser del todo negativo, y debo reconocer que en muchas ocasiones ese hábito me ha ayudado en varios entuertos y así salir airosa de situaciones que a priori parecían complicadas, pero también debo reconocer que ese tipo de trampas me causan, en muchas otras ocasiones, un dolor innecesario, y no solo a mi misma.

Voy mejorando, pero aún a veces, el hábito se adueña de mi, y ni siquiera me doy cuenta de que estoy aplicando trampas, cuando lo sencillo sería dejar que las cosas fluyeran como deben, que todo me iría mejor si cumpliera simplemente, sin complicarme, con aquello que debo hacer en cada momento.

Sé que los hábitos se forman generalmente porque se obtienen beneficios (normalmente inmediatos y fugaces), y como dice la frase del escritor británico William Somerset Maugham: 

"La mayoría de las personas abandonan sus vicios sólo cuando les causan molestias"

En mi sumisión, estoy aprendiendo a reconocer en mi el mal hábito de hacer trampas, a detectar y asumir que por tal de salirme con la mía aplico todo mi ingenio, aunque eso signifique no ser fiel a lo que debo, incumpliendo así mis máximas.

Tengo la fortuna de que ahora mis trampas son castigadas. Si en algún momento no llego a tiempo para contener por mi misma el mal hábito y me dejo atrapar por él, mi Señor se encarga de que haya repercusiones para que lo recuerde y así poder abandonar esos molestos vicios.

Cuesta mucho ser sincera, me avergüenza tener que reconocerme y reconocerle a Él mis tontas trampas, por pequeñas que sean, porqué sé perfectamente que no es el camino y que con ello solo obtengo aquello que no deseo.

¿Entonces porque?...demasiado tiempo aplicándolo...demasiado tiempo saliéndome bien...pero eso se acabó...

Es momento de continuar trabajándolo para que ese mal hábito se vaya dispersando y al final deje de estar presente, para que todo vaya mucho mejor...

Sé lo que debo hacer y no me siento sola...por suerte de nuevo tengo mucho que agradacerle a mi Señor...

Feliz día a todos!